SUPERLUNA
Me nace un corazón en la retina cuando duermo,
y ayer quise soñarte más grande que la noche.
/
Fue cierto que la luna iba más cerca.
Batí en sus cerrojos
y en cada llave abrí
el tallo de unos versos.
/
Te imaginé en su espacio
y te esperé desnuda…
tan sólo hecha de sedas
pero acaso iba sola o no pude encontrarte
en esa seducción que te conmina
a la orilla de un agua
sin garzas y sin grullas.
/
Mi ensimismado dueño:
Dicen que al corazón
se le habla con los ojos:
tal vez por eso mismo me nace uno cuando duermo
y siempre, a pesar
de no desconocer que no es el sueño
el lugar adecuado de las citas.
/
©Esther González Sánchez
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