¿LA POESÍA?. ERES TÚ, MUJER.

“¿Qué es poesía?, dices mientras clavas en mi pupila tu pupila azul.
¡Qué es poesía! ¿Y tú me lo preguntas? Poesía… eres tú”. 
Gustavo Adolfo Bécquer.

"Lo único que me duele de morir es que no sea de amor."
Gabriel García Márquez.

"Estar contigo o no estar contigo es la medida de mi tiempo."
Jorge Luis Borges.

¿LA POESÍA?. ERES TÚ, MUJER.
©Todos los Derechos Reservados del Texto. 13/07/2017.
Autor: Manuel F. Romero Mazziotti Tucumán Argentina.

¿Eres tú?. Eres tan bella que el sol te niega tu sombra.
Mirarte revelada en tu belleza de luz es un placer que nunca llega al colmo
llegas a mí con tu sonrisa de labios rojos constelación de estrellas tus ojos.

Y allí quedo yo, aferrado a mirar tu etéreo cuerpo.
¡Eres tan hermosa! Como una rosa temprana que se abre ante mis ojos
y atrapas todo el roció, en cristalinas gotas en sus hojas de sangre y rojo.

Miro tu cintura y tu cuerpo, desnuda en la tarde.
La selva agreste no podría ser un mejor marco para tu belleza lujuriosa
que rinde su propio y salvaje encanto, ante la hermosura de una diosa.

Eres como un remanso, que florece en la primavera de tu vida.
Haces que el amor y la pasión regresen en una sombra dulce, temblorosa
donde se pierden mis otoños y renace la premura y la pasión que no cesa.

Creo que amarte, será como olvidar el dolor y amar la vida.
Siento el contacto tibio de los amantes, abandonados al amor sin suerte
desesperado amor, como si fuera el último instante de tenerte y perderte.

Sentir el amor es oro que reluce en mi piel, contigo.
Una brisa tibia de pétalos perfumados se aposenta en mi cuerpo ardiente
mientras me murmuras con tu boca en la mía, versos de deidad demente.

Una marea azul cubre el éxtasis de mis ojos turbios.
Robo la furia del amor en tu vientre, en ansiedad de lo vivo, lo hermoso
tu boca entreabierta roba mi aliento, en la paz del final y tu bello sonrojo.

Te amé y padecí el furor de la pasión, como a la sangre misma.
Tú eres mi poesía porque sé que en un sólo momento contigo, vivo siglos
y el regocijo del verbo en tu boca, y la metáfora ardiente, de vivir contigo.