Las calles de mi pueblo
Han pasado tantos años desde que llegué aquí,
fue una tarde de septiembre del ochenta y ocho,
cometí un desacierto que hasta ahora reprocho,
el que me causó una tristeza y contigo compartí.
El tiempo ha cruzado, los umbrales de mi vida,
mi piel la miro ajada, mis cabellos he perdido,
la soledad ha llegado y nada tiene hoy sentido,
sólo espero a la muerte, como idea compartida.
Las calles de mi pueblo me han visto envejecer,
son mi eterna compañía y parte de mi camino,
por ellas me conduje, al compás de mi destino,
dejando cruzar los años, como rubio atardecer.
Nostalgias, de lo que pudo haber sido y no fue,
evocaciones que buscaron, paisajes distantes,
con blancas azucenas, muy tiernas y fragantes,
que en frías mañanas, para un amor arranqué.
Las calles de mi pueblo, algo pálidas y mudas,
retratan mis pasos, que van cansados y lerdos,
recorriendo rutas, donde quedaron recuerdos,
de episodios grises y tragicomedias desnudas.
Quise a una mujer, que se equivocó al amarme
pero me regaló una rosa, un nardo y un clavel,
flores que se quedaron, como un valioso pincel,
para pintar almas, que al sol puedan llevarme.
las calles de mi pueblo, igual que mis quimeras,
recogerán mis huellas, junto a varias fantasías,
con perfumes de resedas y escribiendo poesías,
viendo mi cuerpo yerto, cruzando mil barreras.
Las calles de mi pueblo son rimas consonantes,
caminando por líneas, de esperanzas sombrías,
son versos que se adhieren, a mis melancolías,
lágrimas que brotan, de ojos viejos y amantes.
Gerardo Vásquez Almazán
(Tumbaco) Quito, Ecuador,
Junio 8 del 2018
(D.R.A.)
Imagen tomada de la Web
Gracias mi querida poetisa, por darle valor a mis letras, un fuerte abrazo fraterno para usted y mi saludo cordial, desde la Mitad del mundo, Ecuador.
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