GRITOS DE SILENCIO
El silencio ama, llora, ríe, extraña y denuncia.
Pero,
también masculla la lastimosa rabia y el dolor de la cínica traición,
que derruye los muros que protegen la esencia del amor.
Cuando el alma gime,
la mirada yace inerme,
extraviada y callada,
ante la tortuosa niebla de una madrugada.
El embrujo de unos ojos tristes,
que guardan y aguardan la etérea mirada del amor y del romance,
del ser que se funde en la piel de su musa enamorada,
o del príncipe de su alborada.
He aquí que en las místicas ventanas del alma,
se libran los silencios del amor y desamor,
y el misterio de los gritos del silencio,
de un alma vacía o enamorada.
Porque,
reconocer al ser amado, implica mirar con el alma,
la verdad sobre el amor,
en el axioma silente de unos ojos.
Autoría:
Hortencia Aguilar Herrera.
todos los derechos reservados,
México.
Imagen tomada de la red.
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