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viernes, 12 de octubre de 2018

SONIDOS MUDOS


SONIDOS MUDOS

Mi voz sin temblores se posesiona de mis cuerdas vocales. 
Emito los tantos sonidos enmudecidos
que los labios zurcidos no podían pronunciar... 
Esos que el corazón -dolorido en sus penas más profundas-
callaba con angustiosa precisión y ansiedad.

En apariencia -la verdad- sumida en falsa maledicencia,
disminuye la capacidad que nace de lo recóndito del alma
(para hacer buenas acciones)...
Allí sobre los caminos y parajes sin andar. 

Mas, los pensamientos irreflexivos viajan 
como avispas pendencieras en animoso vuelo... 
Entre las vibraciones luminosas de las hojas verdes 
asidas a los árboles de mangos y bailarines cocoteros.

La aguja aquella que selló la boca 
sin permitir a los sonidos de la voz
[expresar su realidad...
La quebró el hálito de la rosa
que guardó en su pistilo el trinar lírico
de los labios zurcidos con el hilo roto y débil
de las tantas penas hondas 
-que el corazón dolorido-
fallido en su alegría 
regalara -cual perla cautiva- 
en la cárcel ostracina de nácar y de coral.

Y así... Las palabras no dichas
fueron cantadas por tritones y sirenas
a la luz de la luna llena
-en los vaivenes de las olas-
que zangolotea el mar.

© Katia N. Barillas

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