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domingo, 17 de marzo de 2019

ADIOS VIVIANA ADIOS…


ADIOS VIVIANA ADIOS…

Estoy esperando el bus para partir. Sí el lugar es el mismo, aquel que elegimos para viajar al Cusco. Aquel que quisimos conocer. Te sentí apenada y triste: - ¡No tengas miedo amor...porque yo estaré contigo!... me decías: -amor, abrázame y hazme saber que tú eres todo lo que quiero y siento-. Te contemplaba con gozo y te decía: - Hazme entender que sólo tú eres la felicidad que necesito- . Te abracé y te dije: -Estas fría... me mirabas con tristeza y yo te contemplaba en solemne afecto, ese que te merecía nacía por ti... y acercándome más a ti; te dije: - eres tan bella y preciosa... me regalabas una sonrisa y el calor que emanaba en ti, se hacía espontánea para los dos. 

Un ayudante del chofer, avisa la salida de nuestro bus, estamos en la sala de espera y hay poca gente a nuestro alrededor. Una vieja melodía nos distrae en nuestro viaje esperado. Te acuerdas cuando nos conocimos en ese parque de la ciudad...sí, fue un sábado del primer mes de verano. Estabas dudosa de preguntarme: sí me gustaban las rosas. Yo te dije que sí: pude observar atento que te encantaban… te dije: - las rojas expresan pasión y amor. Las violetas esperanza y retorno.

Vi tu sonrisa y tus ojos tan brillantes que no deje de contemplarte. Te sentí nerviosa. Tus labios rojos y tu pelo suelto, eran el complemento y la tonalidad, del ideal del amor esperado. Me dijiste: - ¿Por qué me miras así?... ¿Acaso soy una rosa que merece ser contemplada?... yo respondí: - sí, eres más que una rosa, eres belleza y te contemplo porque he visto muchas rosas y ninguna como tú. -

Me sonreíste y... veía como sonrojabas en tus mejillas y tu mirada se fijó en la mía sin detenerse por miedo. Y desde ese momento vivimos muchas cosas juntas, desde atardeceres y anocheceres... la lluvia caía en otoño, y en medio de una plática...cuando te cubrí con mi abrigo del frío...me dijiste: te quiero con un beso. Y sentí tanto calor por amor, que me olvide que mi ropa estaba mojada. Jajaja...!te amo amor! ...no te pongas triste porque yo nunca te dejaré. 

El autobús, estaba varado hasta completar el último boleto vendido. Nos marcaban las 23:11. Y yo estaba deseoso de poder recordar tantas cosas. Sí, lo sé amor, en el viaje platicaremos y te abrazaré para dormir. Te cuidaré el sueño. Y estaré contigo y tú conmigo. Nada nos separara. Nada podrá ser indiferente y variado ante nuestro amor.

El vendedor nos decía que era el último boleto, y en un intento de mover el bus para salir del aparcamiento. El chofer tropieza en la parte trasera, con el otro bus que venía de retorno. Tú me decías: - ¡Alberto, amor...se cumplió tu deseo! me decías... vamos a seguir recordando. 

Estaba sentado a tu lado y te sentía otra vez fría... te puse entre mis piernas y te cobije en mi pecho y al acercarte a mí. Te susurraba al oído -! descansa amor...descansa cariño! ya nos vamos a ir... te acariciaba con mis manos tus cabellos frisados...tus ojos estaban cerrados y solo me oías...!Mi amor escucha esa canción! me decías...te acuerdas cuando fuimos a la fiesta de tu amigo y nos aburrimos. - Sí, amor. Me aburrí porque no me gustaba la música. - Alberto, Caminando por aquel lugar, te canté esa canción de Miriam Hernández: " tonto... como no voy a quererte... como no voy a extrañarte... en todas mis cosas y solo contigo me siento feliz..."...un suspiro del alma volvía por ti...te amo Viviana. 

Me acomodé a tus labios para darte un beso. Te abrigaba con esperanza y se acumulaban los recuerdos en este viaje. La falla y la dejadez de los choferes nos dejaron unos treinta minutos para seguir juntos. Los ánimos estaban apagados, ya éramos solo unos diez pasajeros en el terrapuerto. Enseguida, apareció el bus de reemplazo había tocado la bocina que te despertó. 

Quise gritarle por su dejadez, pero tus manos en mi boca y tu mirada me hicieron detener el intento. -!no le hagas caso... solo yo te importo!; obedeciéndote, solo balbucee: - !Sí, amor... tú eres lo más importante!...pasaron unos quince minutos y te sentía recostada en mi hombro, mi brazo recogía tu cuerpo, me inundabas en tu aroma. Esperaba ansioso que este bus. También se malogrará para seguir conversando. 

En esos instantes, del que no se sabe lo que puede suceder, apareció un guitarrista. Aunque la seguridad no estaba en el lugar, porque creía que era conocido. Nos vio juntos y quiso dedicarnos un tema... aunque tú me dijiste al oído: -“Sabes de Reik”. Veía que usaba unas gafas negras, su chaqueta raída roja y su jean muy destartalado. No me hacían pensar que podría dar con la voz para la canción. Lo admirado fue por dos cosas que pude percatarme al final: la primera, fue que te pudo reconocer y la otra fue que llegó a cantarla tan igual que te gusto. Me hacías coro con el guitarrista: -! cuando llegas tú... te metiste en mi ser...encendiste la luz, tanto tiempo busque pero al fin te encontré!- ...
Termino el tema, y pude regalarle una buena propina. Te contemple en toda la canción como me mirabas y me cantabas dedicándome cada de letra...Te miraba a los ojos y te decía: Te amo Viviana...

El bus estaría listo a llevarnos al viaje deseado. No tenía miedo, pues la fuerza del amor lo puede todo. Ya sé que tu amor es infinito y el mío es por siempre. Te siento en el valor de un adiós. Pero no soy ajeno a perderte. Me cogiste de la mano y en cada paso un beso nos dábamos, sí estoy llorando por ti, no puedo dejarte por amor... no pienso ser feliz si no estoy contigo. 
Viviana...te amo...no me importa dejar todo por ti...toma mi vida si deseas...solo quiero estar contigo...Aun te vía con tu polo blanco y tu pantalón jeans. Te veía llorosa. - Alberto, mi amor… te amo tanto que aquí te esperaré por amor. El bus andaba en marcha y por mi ventana veía como tu presencia se desteñía con la garúa de la noche y mis lágrimas que empañaban tu ausencia… te amo Viviana.

Juan Huertas
Redactada Marzo del 2001
Publicada: 18 - 03 - 2019
Lima - Perú

@jhuertasprosa
Escribiendo y narrando en prosa

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