Le encanta tener calor
encima de su nostalgia,
le gusta tener la forma
de un girasol,
para poder mirar de espaldas,
no puede vivir,
sin el olor
que desprende un baile,
y cuando levanta
los brazos,
para festejar lo que renace,
sus pulseras empiezan
a moverse como tempestades...
Tiene la tristeza extranjera,
y un no hiriente,
cuando su labios
de coral,
hablan de un corazón
que ha sentido todas las guerras..
Algunas en su desgarrado interior,
siempre desnuda,
y con las razones afiladas,
no tiene ningún llanto
para decirte que has muerto
para sus ojos...
No renuncia al credo
de los amaneceres,
que despiertan los dolores
de un cielo,
que tienes debajo
de las inquietudes,
que te recuerda las sombras
negras,
que vienen...
Gracias un placer leerte
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