ARL256 17/04/19 14:30
No estoy loco
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No soy yo, es mi corazón Don Quijote. Y no estoy loco.
No soy yo...No Dulcinea.
Y si eso te dicen no les crea, no...
Amor no les creas, es que hay mucha gente envidiosa que todo lo inventan y que jamás van a creer que tú eres mi Dulcinea.
Sí, tú, mi bella dulce amada eres Dulcinea. ¡Mi Dulcinea!
¡Ah, ah ésta filantropía mía!
Fuerza impalpable que amorosamente me yergue.
Fuego sabroso que me quema
por dentro y por fuera.
Que me quema de noche y de día desde mi honda melancolía.
¡Y que no es Dulcinea esto: una cruel locura!,
más bien, esto: es una afable dulzura.
Quijotismo.
Hidalguía.
Amor en demasía.
Pero nunca locura, sí, coincido, es una demencial ternura.
¡Oh mi bien amada!
ven hasta mi pecho despierto y tan enamorado
que ya los vientos como ayer están soplando.
Y todos los molinos están girando.
Que es imperiosa éstas ganas de volverte a ver y sostenerte por el aire, en el aire tenerte besando.
¡Así es que ven, que llevo yo
ya un largo siglo esperando!
¡Ven conmigo Dulcinea!
Cabalgaremos juntos hasta las nebulosas en el cielo.
Que quiero ver ahora mismo en tu sonrisa de oro ésta luna de nácar reflejada.
Yo quiero sentirte vibrando.
Que la noche es muy nuestra. Que es tan nuestra la vida Dulcinea.
¡Y que no estoy loco!
Ven a decirles Dulcinea que no estoy loco.
Quijotismo. Hidalguía...
¡Dulcinea diles que eres solo mía!
Oh Dulcinea, mi dulce niña, di que mi corazón no desvaría.
¡Oh Dulcinea!..
Alfredo Leal*
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