¿QUÉ ME QUEDA DE TÍ?
¿Qué me ha quedado de tí?
Un paisaje de cenizas, una distancia inexorable, inmutable.
Un tiempo de blancas alegrías sumidas en el recuerdo.Campos yermo.Universo muerto.Mi mundo desierto y muchos cielos blandos desdibujados, irrecuperables.
Y tantos te quiero desangrados.
Proyectos en sepulcros, en oscuros
algives los sentimientos.
¡Oh por Dios demasiado sufrimiento!
¿Qué me ha quedado de tí amor?
Solo una triste canción.Un ahogado
sollozo y, en hondo quejidos mi voz.
Y también han quedado las cabañas melancólicas y deshabitadas, frágiles mariposas resquebrajadas en el fondo lastimero del silencio.
Y en temblor los gorriones que sumergen sus alas lastimadas
en el torso gris de la soledad,
que es esbelta, vidriosa, densa y mortal.
Y las diamantinas pupilas de mi muerte por llegar.
¿Y qué me queda de tí y de aquellos
cielos?
La luna que ya no quiere mi cama.
Ni mis sábanas ni mis almohadas.
Y éste lucero que hoy me pone todas sus defensas para que no le llegue mi perpleja mirada.
Y una pobre vida y una pobre alma
que rodando van en los bordes de una desgastada moneda sin sello,
sin cara, sin nada de nada.
Y las tazas sin café.El cenicero.
Los resabios de tú envenenado cáncer.Tus abanicos, tus libros,
y un último poema con tu firma allí
desprolijamente plasmada.
Y una cruz de madera y negras rosas, rosas muy negras.
Y las piedras, el dolor, tristeza y lágrimas.Mis mil rostros marchitos
y un adiós que yo no esperaba.
Y tu sangre de hielo aún en mis manos, tu último respiro
y ése beso en mi boca que en esa tarde mi amor
para tí, para tí llevaba y para sacarte un suspiro...
¡Oh, y Dios lo sabe...amor; Dios lo sabe!
Autor: Alfredo Leal*
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