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sábado, 8 de febrero de 2020

REFLEXIÓN; LA FUERZA DE LA HORMIGA




REFLEXIÓN; LA FUERZA DE LA HORMIGA

Un día me sentí como una hormiga, sola, perdida en una sociedad agresiva, intolerante, irracional, donde pesaban más los códigos de los delincuentes, la barbarie, la soberbia, con personas ofensivas, despreciativas del pensamiento diferente que avanzaban dejando a su paso en una barrida, a la moral, la ética y los valores.
Me corrí, más por supervivencia y precaucion que por miedo, me senté en el umbral de una puerta y los ví pasar, nadie me advirtió pues como yo me sentía pequeña, me veían de ese modo ellos pensaban que no significaba un peligro para seguir imponiendo el vandalismo y el caos con el que nos iban dominando. En medio de la desvalorización general comencé a distinguir a otras hormigas solitarias como yo, algunas eran pisadas sin piedad porque se atrevían a gritar su pensamiento, otras eran ofendidas públicamente para escarmentar a otras y así poder seguir reclutando adherentes. Entonces observando que era el aislamiento y la soledad lo que nos debilitaba, pensé... "y si nos unimos todos los que nos sentimos pequeños, que pasaría?". Así lo hice, llamé a la próxima hormiga solitaria que pasó y le dije que se siente a mi lado explicándole mi pensamiento, asi con otra, con otra y otra, una vez que el umbral estuvo completo invité a otras hormigas a que se pusieran sobre nuestros hombros, de esa manera comenzamos a crecer mientras al ver el paso de la sociedad invitábamos a más y más hormigas a sumarse haciendo crecer una inmensa formación que les hizo sombra, entonces descubrimos que así se debilitaban, el odio, la soberbia, la omnipotencia y la agresividad que los hacía intolerantes, mientras tanto seguían sumándose hormiguitas a la columna de sombra. Nos hicimos fuertes unos con otros, dejando a los soldados del dolor y la desazón asombrados y pensativos al ver nuestra fuerza.
"Yo solitaria hormiga no podría avanzar... pero juntas somos invencibles".
La libertad nace en el alma, allí nadie llega, salvo que les demos permiso.

Mónica Ramona Pérez
(Derechos reservados).

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