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lunes, 17 de agosto de 2020

EL CONCIERTO DEL AMOR.

 

PARA TODOS LOS NIÑOS DEL MUNDO, Y PARA

AQUELLOS QUE CONSERVAN EN SU ALMA
UN TROZO DEL NIÑO QUE FUERON.

El Señor Jesús dijo: “Dejad a los niños, y no les impidáis que vengan
a mí, porque de los que son como éstos, es el reino de los cielos”.

“El niño que no juega no es niño, pero el hombre que no juega perdió
para siempre al niño que vivía en él y que le hará mucha falta”.
Pablo Neruda.

“El amor es para el niño como el sol para las flores; no le basta pan:
necesita caricias para ser bueno y ser fuerte”. Concepción Arenal.

EL CONCIERTO DEL AMOR.
©Todos los Derechos Reservados del Texto. 16/08/2020
Autor: Manuel F. Romero Mazziotti Tucumán Argentina.

¡Y llegó el día de todos los niños del universo!
Gritaron juntos, todos los animales del mundo
Y como hijos de Dios dijeron ¡Le alegraremos su día
a todos ellos, los niños del mundo con una canción!
¡Vamos a prepararla, todos juntos y con mucho amor!

Y llegó, para los niños, la fecha tan esperada
y así en ese día nacieron ¡todas las mariposas!
ellas, como aladas y bellas diosas primorosas
poblaron de amor y brillo, la selva encantada.

Era el día y la hora, justo en el lugar apropiado
y comenzaron a reunirse, afinando la garganta
todos los animales de la selva en la hora indicada.
El lugar elegido, la laguna del bosque encantado.

Las águilas y los halcones, cumplieron sus sueños
de ser ellos felices mensajeros, del lindo concierto.
Y recorrieron los valles, montañas, ríos y desiertos
avisando a sus hermanos, los grandotes y pequeños.

Los monitos acomodaban, a todos en su lugar
chillando y cantando, saltando entre las flores
mientras afinaban la garganta, los ruiseñores
y la pantera acomodaba sus bigotes sin afeitar.

La ballena y los delfines se acercaron nadando
invitados por las blancas gaviotas mensajeras
las tortugas las seguían despacito y con playeras
a escuchar el concierto ¡Con anteojos y cantando!

Y cada uno ocupó su lugar, con un tono socarrón
dispuestos todos muy contentos a chillar y cantar
y dirigidos, guardándole respeto y sin desentonar
por el gran maestro, el Rey, El Señor Gran León.

Los animales de la selva del pequeño al más grandote
se acomodaron entre las flores, afinando bien la voz
mientras esperaban al enorme y grandioso gran tenor
el señor de la bocaza muy grande, el gran Rinoceronte.

El Gran Director con un rugido, pidió silencio y atención
acariciando sus bigotes y flameando al viento su melena
tomó con su manaza la fina batuta, y con mirada serena
le pidió con una ojeada el primer acorde al señor Halcón.

Y el grandote Orangután, marcaba el ritmo con fervor
con el timbal resonando en el hueco de un viejo tronco
la Pantera y el Tigre, con sus rugidos le hacían el coro
acompañando de maravillas al de la bocaza, el gran tenor.

Y los canarios y las golondrinas, los loros y el ruiseñor
entonaban todos los sonidos mágicos de sus cantares
poblando de melodías la aromada brisa de los azahares
con su arte y su canto, en una hermosa canción de amor.

Y el cocodrilo con su bocaza, marcaba el tono del coro
mientras las ranas y los sapos, croaban en los corrillos
desde la orilla de la laguna haciendo dueto con los grillos
y las serpientes muy divertidas, chapoteaban en el lodo.

Y todo los animales, enternecidos y llorando, corazón puro
se abrazaban y besaban, en su amistad y dulces murmullos
pensando con amor en los niños que escuchaban sus arrullos
que, con el amor a los niños, la paz es posible en este mundo.

Es muy dulce hacer un pensamiento loco, con emoción
hablando de los bellos bajitos en su día y el amor
y hacerlos felices, en alguna que otra ocasión. 

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