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viernes, 17 de diciembre de 2021

Cándida mojada, la belleza

 Cándida mojada, la belleza

Abruptamente cándida mojada no fuera del delirio
la belleza que en tus ojos se trastoca
en húmedos cristales, nítida tu boca,
ó del cristal meloso, dulcísimo martirio
la boca estampa en tu rumiar, el beso ya ostentado
por el dispar pezón, el vuelo coronado…
En húmedos cristales, nítida, sofoca,
ó del cristal moreno, la nieve de tu boca…
Abruptamente helado, el solo imán perjura,
la noche de tus labios, sumida creatura
terreno de mi vientre, es hoy ya si sin furia
oxígeno a mi habla, blasfema sin lujuria…
Helado de tu amor, dulcísima Castalia,
ó en el frecuente verso, acomodado Cielo:
de lauros en pañüelo, de besos en que calla,
afortunado labio, de música en mi anhelo…
Tus manos en las mías, son alas prodigiosas
que vuelan entre islas, peñascos donde alías
las alas donde ansías, las aguas misteriosas
que sueñan con tus labios, en músicas bravías…
Las islas de tus pechos, heladas no confrontan
los labios enzarzados de músicas silentes,
en párpados que sueñan, confines entre dientes,
si Música no apena, la risa que no aprontan…
Los enlazados labios, son trechos que suspiran
vanagloriando el monte, de música si hechizo:
encanto de las aulas, que mañanas aspiran,
a ser un beso mudo, tu labio en Paraíso…
Los enlazados montes, en Música, si truecan,
vestidos de inocencia, la nieve que desëaran,
en labios ultimaran, frescura si no pecan
en labios ó venados, que la noche buscaran…
Elogio es de tu Selva, en versos donde acechan,
la boca de tus versos, en labios que ponderan
los labios de tus besos, ó el negro que apoderan,
los roces en tus testas, de noches que sospechan…
Sospechan, Ooh mis noches, los labios que marinos
en estelares bellas, de ardores que no esperan,
no vuelven, ni atemperan, la sílaba entre pinos
helados de tus astros, y en versos que suspiran…
Los labios de tus versos, son labios en la prosa
de desigual batalla, en bocas ultimadas,
por labios que no hablan, al ser voces llamadas
a destinar mi eco, perfume de tu Rosa…
Labios: otros versos, de la voz que sostiene,
que mirada en mis labios, comete sin apuro,
el verso que supera, mí sílaba que viene,
a ser tuyo en dialecto, de mi verso más puro…
Los labios de las rosas, son rosas en los labios,
que mirada superan, si vuelven, tus oprobios
donde miradas duelan, si besan los ahíncos,
a ser miradas süaves, que besan entre brincos…
Desde tu cuello intacto, la rosa no supera
el labio que pondera, mi glosa con albura:
en dosis, verte pura, y aun la Primavera,
en tu boca supera, la noche con holgura…
El tacto de tu beso, es mirada del labio,
que ganas con tu guiño, a encender mi enlabio…
Coral no es de su risa, coral no es de su rosa…
Su risa no es de coral, cual rojo pretil, sofoca,
coral, no es de su rosa, cual rosa rojo impusiera
su rojo manto desnuda, cual el pretil, de su boca,
ardor y fuego declara, cual la cadencia que espera…
Ardor y manto redime, cual oro fatuo que goza,
ó la mirada que trema, ó el suspiro de mi esposa:
búsqueda ó hielo en su boca, no legitima mi rosa,
cual la cadencia que esboza, el otro arte, a mi rosa…
Coral, no es de su rosa, cual su coral risa funde,
en otro oro lo hunde, y le impropia a su redil,
sofoco y diestra perfuma, su vana rosa gentil:
cual el oro de la noche, crepúsculo vago, se esconde…
Cual la rosa de su boca, búsqueda en el coral,
ciega la noche precisa, un oro que nada en estrellas,
baja la noche, su marea oscura, doradas, ellas:
bajo la noche que sellas, con tu boca de arrabal…
Ciega la noche, en tus párpados, no legitima la rosa
en su purpúreo desnudo, cadencia esboza,
de su murmullo, frondosa, la estirpe, que, palacïega,
busca en tu rosa desnuda, y anega que anega…
No legitima la rosa, pretil que su boca le urge,
sollozo de un verbo que surge, fragancia profana,
de su gentil bataclana, su boca roba y sumerge
bajo el pretil de las horas, sus labios, rosa malsana…
Ciega la noche su rostro, en azur, en galope
como el galope que el rostro, busca en estrellas:
ciega la noche el reparo, diadema a Calíope,
las honras de luz en tu mano, son lunas que sellas…
Bajo la inerte mirada, ciegan tus labios, mi beso
bajo el pretil que acaparas, tu labio todo de rosa,
bajo la eterna mirada, que sofocas, cautelosa,
de virtudes en la risa, ó de juicios que profeso…
Tu boca no es el aliento, que a mi lirio, la voz pausa,
pretil, donde no hay sustento, ni garantía profana,
en el aliento al coral, ó la bebida a mi causa:
mi boca no es el sitial, cuyo argumento devana…
Tu boca no es otra, que aquella, cuya súbita distancia,
en el pueril de mi rosa, besó toda la fragancia
del rojo arte que seca, cual humedad sofocara,
de todo el arte, tu alma, en cuyo mar yo me ahogara…
La bebida de tu boca, no es todo aliento que exime,
donde el coral de tus labios, a mis besos, los redime…
Vuelco al mar mi suspiro incierto
Galope de las olas abriendo el paraíso
dosel de la majada en espuma lacerante
murmürado aroma, süeño en un instante
dulzor que muere aleando espuma, fronterizo…
Sördo clamor de estelas, bravía llamarada,
utilería en escenario, canto incïerto,
armada de la sombra, sol desïerto,
quemada Aurora de luna inaugurada…
Brama tu silencio, escude tu homenaje
la sal que en tu figura se vuelve trashojada,
espüma mineral llanto a la amada
música, paraíso, y dunas en celaje…
Busco y anido la noche en cinco penas,
y en cinco penas me descuerpo en agonía
busco y no hallo tu rübor de fantasía
cinco penas en amor, sincopan almas llenas…
Tiñe el ala su südor vuelto en mïrada,
a tienta luna, de la luna enamorada
inquïeta bruma del söl acantilada
rompïente en el océano de sol en la enramada…
Busco a ciegas tus ojos en la ausencia,
sol de mi destemple, sol en apariencia,
bajo la medida de tus aguas desnudas en latencia,
ha roto mi sëmblante, en insólita consciencia…
Mar de transparencia, océano en la gota,
caudal que no separa ni trasluce la derröta,
efímera tal vez, tu distancia que perfüma
lenta cantimplöra que tu vïentre rezuma…
Ha vuelto tu mirada, tu süeño de Verano,
asiendo la batalla del sudor hermano,
latiendo en su muralla lentas aguas
bandeja del adiós, sömbras, enaguas…
Sombra la sombra que asombra tu semblante,
campana del adiós en tu dïamante,
estoca el ala herida sol de azor tu cüerpo dïera,
la bandada de una flor que un océano tuviera
Sol y sömbra, nativa hasta su espada
de la arena al rüiseñor, locura que se hermana,
distante en una flor, cadencia murmürada,
distancia en la alborada, desnuda, tempräna…
Gallarda puedes más, que tu silencio ya bravío,
desnuda salpicar en el Verano de tu frío.
Alejandro Rodrigo Flagel

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