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jueves, 24 de febrero de 2022
LOS NIÑOS DE LA DE LA OSCURIDAD. BENJAMÍN VIDALCAICEDO
LOS NIÑOS DE LADE LA OSCURIDAD.
Unos barrotes miran
desde un sanatorio.
Campo de niños, jóvenes, hombres y mujeres
perdidos en la oscuridad
del alma.
No hay luz, ni firmamento ni estrellas allí.
Aferrada a ellos, los barrotes, un alma de añoranza, ternura, poesía,
luz que reclaman los cielos del Eterno brilla entre tinieblas.
Es María Camila.
Qué mira?
Ojos verdes cristal,
cabello largo, rubio,
rosa roja de pétalos heridos en el alma
y sangre que clama justicia.
Angelicales sus sueños, de entonces,
alegrías que se fueron por el camino y se perdieron
sin tiempo y sin espacio, edén sin flores.
Un gallinazo,
una noche
aleteó en su ventana y atrapó su corazón.
Sintió miedo.
Y la sombra del pájaro se hizo más negra.
Como negra es el alma
de algunos humanos.
Y tuvo miedo.
El gallinazo violentó al ángel dormido,
apuñaló sus entrañas
y de sus alas desparramó
pétalos de sangre
de aquel angelito dormido.
Qué mira?
Aferrada a sus barrotes
una lágrima escurre
su mejilla,
aletean ángeles negros
en su pensamiento
en las noches y en los días y
en las horas,
sus sueños
ahora son con gallinazos, ángeles negros.
No hay cielo en su corazón.
Unas rejas de hierro
como muros
sostienen una carpa encapotada
donde medio centenar
de niños con alma de ángel juegan
a no dejarse atrapar
por el ángel negro.
Qué mira?
Si un transeúnte pasara
por allí
miraría ángelitos blancos, felices
que juegan a la pelota, las muñecas y al ula, ula...
Y jamás verán los ángeles negros
que aletean
en las ventanas
de sus angelitos blancos
en noches de luna llena
y con estrellas.
BENJAMÍN VIDALCAICEDO, Villavicencio febrero 24 de 2022.
( Dedicado a María Camila una niña que encontré en un sanatorio mental de Villavicencio aferrada a unos muros sin esperanza, enferma del alma y que solo la luz del Eterno puede sanar).
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