La danza sobre el cielo.
La noche desconcierta la luna que trasciende la vibración divina.
Me tiñe de magenta la memoria infinita.
El palacio secreto se incendia de matices.
La luz que te acompañe, la comunión eterna surgirá entre nosotros los pequeños y humildes, misteriosos y absortos.
De la luz infrarroja el plano se concentra Cómo luna de fuego.
Danzando sobre el cielo.
Para alcanzar te a ti.
Tres naciones presentan la nube que dactilas, la paz se acerque al orbe.
Eres gracia divina, perfección de mi cuerpo, latido de mi centro.
Un calor incidente me turba como antaño.
Brotará de mi mano un ser tan exquisito que conozca la letra de mi vocabulario.
Un intérprete, un docto, un árbol de adn donde eres criatura tan perfecta que se eleve en sus alas surgirá en la batalla.
Entonces el tiempo llega, se aproxima la noche, la virtud se asemeja a tu cuerpo sagrado.
El temblor que se advierte en mi ser incesante, un paseo cotidiano en el mismo presente.
Recobrando la fuente de la vida.
Un beso desde la frente a él, mi alma viajará en lo profundo entre verso consciente.
Te entregaré la esencia, la fragancia y la letra de un libro que tú escribes con frecuencia elevada.
Poesía consciente
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