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viernes, 20 de mayo de 2022
TU CIELO Diosma Patricia Davis
TU CIELO
Jugando a la rayuela del escape,
una tarde que iba sola te encontré;
tú venías corriendo a la escondida,
y sin querer con mi cuerpo te rocé.
Así se enrojecieron mis pupilas,
mis labios y mejillas ruboricé,
y vi entonces en tus pícaros ojos
saltar las chispas brillantes de tu miel.
Casi tropiezo y al tomar tu mano,
mi piel hizo contacto contra tu piel;
mi cuerpo se despertó de un letargo,
y sin pensar te acercaste y me acerqué.
Preguntaste: ¿Eres de aquí o de lejos?
Soy de por aquí cerca, te contesté.
¿Y tú de dónde eres y a quién precisas?
Quizá eres de otra tierra, te señalé.
Soy de un distante mundo, me dijiste.
Eso queda tan lejos como el ayer.
Soy de otras costumbres y de otros soles,
soy de perdidas playas que no se ven.
No sé dercirte muy bien, por qué me atraes,
pero sé que a tu mar me place mecer.
Somos distintos por donde tú veas,
pero estar hoy contigo, a mí me hace bien.
Se acercó un señor grande, de uniforme,
era casi militar, a mi entender
y antes de que yo tocara tu cielo,
te dijo: ¡De prisa, que ya embarcaré!
Nos miramos muy tristes a los ojos,
y tú, para no verme dejar vencer,
me guiñaste tus faroles de sueños,
y dijiste: Siento que te extrañaré...
Te enviaré pilas de señales de humo,
y así eternamente, muy cerca estaré.
Te sonreí y apreté mis deseos,
y prometí que nunca te iba a perder.
No pudimos darnos siquiera un beso,
solo un roce de tu mano con mi piel.
No llegamos a besarnos los labios,
pero te juro, que te llegué a querer...
Diosma Patricia Davis
Copyright 2020 D.A.R.
08/07/2020
Argentina.
(Con un retoque 2022)
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