Tuve un amor un compañero mi todo..en la lucha. Murió como los grandes sin abrir la boca. Hoy entre tanta podredumbre lloro tu sacrificio.
De regreso
del capullo, buscando al sol
como única vestimenta.
Abrí la puerta y ahí estabas tú
altísimo ofreciéndome tus ojos
en la palma de tus manos.
¡Qué tranquilidad volver a espíar
el mundo a través de tu mirada!
Asombro...tristeza e impotencia
observan la danza entre la corrupción,
la miseria y el poder.
El mismo Coliseo masacrando pobrerío
el mismo abuso.
Arriba el pan y circo y los torneos entre
países que distraen.
Lindo sentirte compañero con tu brazo
descansando en mis hombros.
Volveremos a inaugurar insomnios,
debates, cargaremos el fusil con utopía
y pintaremos otra vez las barricadas
con el mismo coraje, mientras duermen los pueblos y ciudades...
Pueblo que sangra y no se calla
fuimos.. somos y seremos.
Acompáñame nuevamente
a descanonizar las creencias
de la gente y descoser todos
los oprobios que han sufrido.
Apresúrate mi amor, mi compañero
la luna está roja en nuestro cielo
libertario.
Ethel Martínez
Uruguay
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