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domingo, 2 de junio de 2019

Como agua que escapa entre las manos.


Como agua que escapa entre las manos. 
El tiempo decanta el tiempo, en su paso,
los segundos a los minutos,
y las horas de todas las ausencias,
clavándose en el olvido. 
Como menesterosos pasajeros 
de pueblos derrotados, 
anhelando la llegada.
Queremos volar y no somos 
ángeles ni pájaros,
las cumbres crecen, 
lejos de nuestro alcance.
Y qué ha quedado de los sueños. 
Migajas de soñadores. 
Pedazos candentes 
de almas sin destino.
Las preguntas buscan dueño,
entre locos solitarios
abrazados de misterio,
ellos heredarán la muerte
y todo volverá 
gestando el comienzo.
La vida llama
con fuerza y sortilegio 
arremete desiertos
y acompaña al camino.
Sylvia Ovington 
Mi estilo

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