BUEN BARRO

 BUEN BARRO

Dónde va aquél que carga palabras huecas, superfluas, que solo brillan ante el espejo de aquél que en él se pueda ver.

Sentir, del sentir que se pierde entre remolinos que giran en sentido contrario a la realidad, sujetándose de todo, para asirse a la nada.

Adivina el adivino leyendo las palmas y cada una de sus líneas con significado diferente, ¿Quién irá delante? ¿Quién irá detrás? él, nuca lo sabrá.

Frotó un día la lámpara buscando algún deseo y sin entendimiento, la lámpara se le escabulló.

Remar y remar a contra corriente, cada uno con remo diferente, cuántos caminos transita la misma gente.

La tela de la araña se empezó a tejer con esperanza, con fe y con la alegría del mañana, así, se quedó extendida a la intemperie, a expensas de la inclemencia del yo, ó del aquél, y no sé yo, por qué.

Místico, el misterio de tu misterio que buscando está sujetarse a la estrella que va camino de Belén.

Esencia de verdad y vida, que gira a trescientos sesenta y cinco días en su giro, con cada capítulo cierro los ojos y busco nueva luz.

Las vitrinas y los escaparates cantan alegres villancicos y hay árboles vestidos, titilantes de luces que miran al cielo, las campanas de la publicidad no cesan de llamar al campanario.

Y veo, como tú, aquél que descalzo va soñando el mismo sueño de soñar despierto, que algún día, tal vez, pueda o no pueda alcanzar.

Limpiando va sus lágrimas con la caricia del aroma a chocolate, a panetón y el sabor de la cena, o quizás, la magia del pan duro que para este día ha guardado.

Oro, incienso y mirra, loas, al Rey de Reyes y a los caminantes que están hechos del buen barro.

Juan Francisco Huamán del Río

20/ 12/ 2021

Perú