EL POR QUÉ TE QUIERO
Quiero expresarte
en esta carta de amor,
algo de lo mucho
que siento por ti.
No sé con exactitud
por qué te quiero;
pienso que un día
se me ocurrió quererte
o tal vez se te ocurrió a ti
y yo me fui dejando
envolver por tu seducción
de príncipe renacentista,
de corsario sin tiempo,
de hombre valiente
ante la adversidad,
de tu constancia
a pesar de las lágrimas
que mucho te oscurecieron.
Pese a todo brillas para mi
y como todo el que tiene luz,
la llevas por dentro
sin artificio, ni parafernalia.
Llevas tu energía en tu día
y en tu silencio.
Por eso es que te quiero
pues tú no encandilas
cegando con tu luz;
me iluminas suavemente,
me enciendes con sutileza
y haces que te admire
aún desde lejos.
Eres un titán de la vida,
aunque crees
que tu sueño fracasó
y que ya no te queda
más tiempo.
Te acercaste dándome calor
y me diste un poquito de tu luz
para que en mi camino
no tenga miedo.
Me das abrigo
con tu comprensión
y te haces tan extrañable
que siento que se aprisiona
muy fuerte mi corazón
cuando no te acercas
y tienes tus espacios.
Creo que por algunas
de todas estas cosas
es que te quiero
y ya no sabría no quererte.
Despacio hace tiempo
te adentraste en mi latido,
cuando todavía batía por el pasado
y tu sutil mirada me dio ternura,
haciéndome olvidar
de todo aquello
que me hacía daño.
Hoy sé por qué te quiero
y sé por qué me quisiste querer;
al menos con tu sonrisa
y tu atardecer lleno de nostalgias.
Te viniste hasta mi orilla
a compartir tu latido
y juntos aprendimos
a darle un sonido diferente,
un galope nuevo,
mirando hacia el horizonte,
lejos de aquello
que alguna vez nos sepultó
en el fango del desamor...
Diosma Patricia Davis
Copyright 2018. D.A.R.
06/02/2018. Argentina
Quiero expresarte
en esta carta de amor,
algo de lo mucho
que siento por ti.
No sé con exactitud
por qué te quiero;
pienso que un día
se me ocurrió quererte
o tal vez se te ocurrió a ti
y yo me fui dejando
envolver por tu seducción
de príncipe renacentista,
de corsario sin tiempo,
de hombre valiente
ante la adversidad,
de tu constancia
a pesar de las lágrimas
que mucho te oscurecieron.
Pese a todo brillas para mi
y como todo el que tiene luz,
la llevas por dentro
sin artificio, ni parafernalia.
Llevas tu energía en tu día
y en tu silencio.
Por eso es que te quiero
pues tú no encandilas
cegando con tu luz;
me iluminas suavemente,
me enciendes con sutileza
y haces que te admire
aún desde lejos.
Eres un titán de la vida,
aunque crees
que tu sueño fracasó
y que ya no te queda
más tiempo.
Te acercaste dándome calor
y me diste un poquito de tu luz
para que en mi camino
no tenga miedo.
Me das abrigo
con tu comprensión
y te haces tan extrañable
que siento que se aprisiona
muy fuerte mi corazón
cuando no te acercas
y tienes tus espacios.
Creo que por algunas
de todas estas cosas
es que te quiero
y ya no sabría no quererte.
Despacio hace tiempo
te adentraste en mi latido,
cuando todavía batía por el pasado
y tu sutil mirada me dio ternura,
haciéndome olvidar
de todo aquello
que me hacía daño.
Hoy sé por qué te quiero
y sé por qué me quisiste querer;
al menos con tu sonrisa
y tu atardecer lleno de nostalgias.
Te viniste hasta mi orilla
a compartir tu latido
y juntos aprendimos
a darle un sonido diferente,
un galope nuevo,
mirando hacia el horizonte,
lejos de aquello
que alguna vez nos sepultó
en el fango del desamor...
Diosma Patricia Davis
Copyright 2018. D.A.R.
06/02/2018. Argentina
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