OTRO OTOÑO
Pide paso...
Por la mente pasan mil recuerdos que te van adornando el alma, un paisaje verde y fresco, unas caricias guardadas que van resurgiendo de lo más recóndito, se eriza la piel y todo se vuelve brisa, el amanecer que viene entrando, el silencio que aún reina ahí afuera, la llegada de este otoño, otro nuevo otoño amándote.
Ya mismo caerán las hojas de nuevo, me gusta sentir bajo mis pies al caminar su crujido seco, contemplar el mar, ir diciendo adiós poco a poco a este verano que se resiste a marcharse...
Cae un nuevo día sobre las ventanas, ya mismo saldrá "Lorenzo" llenando con sus rayos de vida, estamos vivos aún, se escucha ladrar a un perro...
Ya arrancan algunos motores, las calles están ya puestas, los más madrugadores con un café puesto humeante sobre su boca, una ducha de vitalidad les reconforta y un nuevo día empezará pronto.
Ya está clareando, mis ojos vieron tu cara y el pincel que en tus ojos guardas han pintado de colores todo el alba.
¡Te quiero más que a mi vida, que no es poco!
...y suenan los cascabeles de mi corazón loco, mis labios pronuncian tu nombre desde aquel primer otoño, el otoño en que por primera vez me besaste en aquella esquina, y, cada vez que la revuelvo acaricio los quicios de aquella ventana donde vestiste de gloria mi alma,
cuando doblo y miro atrás voy dejando un reguero de poesía que va llenando las calles por donde pisaste.
Está despuntando la mañana y mis versos encandilados quieren llenarte de amor, desnuda, como al mundo llegué, me muestro ante ti para seguir entregándote cada mirada, cada gesto, cada responso de mi cuerpo.
Llegado un nuevo otoño, sumo, placeres, caricias, palabras y un montón de versos sueltos que tengo guardados explotan en mi interior y nace aún más amor, es raro, como empezó de poquito y la montaña que ha formado.
Me tientas el alma y te la estoy entregando, desnuda
la tuya y hagamos el amor con ellas... tú me miras a los ojos y yo, te llevo aquí ya para siempre.
© Maria De Los Angeles Viangel Garcia Martin
Pide paso...
Por la mente pasan mil recuerdos que te van adornando el alma, un paisaje verde y fresco, unas caricias guardadas que van resurgiendo de lo más recóndito, se eriza la piel y todo se vuelve brisa, el amanecer que viene entrando, el silencio que aún reina ahí afuera, la llegada de este otoño, otro nuevo otoño amándote.
Ya mismo caerán las hojas de nuevo, me gusta sentir bajo mis pies al caminar su crujido seco, contemplar el mar, ir diciendo adiós poco a poco a este verano que se resiste a marcharse...
Cae un nuevo día sobre las ventanas, ya mismo saldrá "Lorenzo" llenando con sus rayos de vida, estamos vivos aún, se escucha ladrar a un perro...
Ya arrancan algunos motores, las calles están ya puestas, los más madrugadores con un café puesto humeante sobre su boca, una ducha de vitalidad les reconforta y un nuevo día empezará pronto.
Ya está clareando, mis ojos vieron tu cara y el pincel que en tus ojos guardas han pintado de colores todo el alba.
¡Te quiero más que a mi vida, que no es poco!
...y suenan los cascabeles de mi corazón loco, mis labios pronuncian tu nombre desde aquel primer otoño, el otoño en que por primera vez me besaste en aquella esquina, y, cada vez que la revuelvo acaricio los quicios de aquella ventana donde vestiste de gloria mi alma,
cuando doblo y miro atrás voy dejando un reguero de poesía que va llenando las calles por donde pisaste.
Está despuntando la mañana y mis versos encandilados quieren llenarte de amor, desnuda, como al mundo llegué, me muestro ante ti para seguir entregándote cada mirada, cada gesto, cada responso de mi cuerpo.
Llegado un nuevo otoño, sumo, placeres, caricias, palabras y un montón de versos sueltos que tengo guardados explotan en mi interior y nace aún más amor, es raro, como empezó de poquito y la montaña que ha formado.
Me tientas el alma y te la estoy entregando, desnuda
la tuya y hagamos el amor con ellas... tú me miras a los ojos y yo, te llevo aquí ya para siempre.
© Maria De Los Angeles Viangel Garcia Martin
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