UNA ENAMORADA EN LOS '20
Esta es una historia de una mujer joven que vivía en Venecia y soñaba.
Una mujer de templanza, decidida, enamorada...
Mi abuela Irma fue una verdadera amante del amor, una enamorada en los años '20, una soñadora que apostó siempre al corazón y que llegó hasta las últimas consecuencias para hacer efectivo su amor.
Ella usaba sombrero, guantes y sombrilla de encaje. Le gustaba rodearse de flores, de rosas blancas, jazmines y algunas margaritas. Es por eso que recién ahora le encuentro el sentido a mi elección, ya que siempre amé las rosas blancas.
De adolescente, para verlo a mi abuelo se escapaba de la misa, se cubría la cara con una mantilla y así se encontraban por unos instantes, él le robaba un beso detrás de los cómplices arbustos que nacían en la bajada hacia el río.
Ella le fue siempre fiel aún estando separados por mucho tiempo ya que eran épocas difíciles.
Él había partido a la guerra y ella había sorteado muchas dificultades para hacerle llegar cartas y un pañuelo que le bordó con corazones, perlas y trocitos de su pelo para que nunca la olvide, para que no tenga miedo.
Cuando volvió mi abuelo se cruzaron en un abrazo infinito.
Se besaron largamente y se dijeron:
-Para siempre estaremos juntos, te quiero...
Entonces cumplieron su sueño y ella feliz de estar con el amor de su vida, de casarse con Humberto...
Ellos fueron novios desde el colegio y desde que eran chiquitos mi abuelo le había asegurado:
-Yo me voy a casar contigo.
Y ella se reía y le parecía todo un cuento.
Cuándo pasaron los años, a los 22 de edad se casaron, entonces fue cierto.
Fueron muy felices, tuvieron dos hijas, hasta que el destino quiso a ese amor mágico arrebatarle la sonrisa y a los 26 años, al nacer mi madre, su salud se complicó y por una extraña razón que Dios sabrá mi abuela partió de este mundo y dejó a su amor desolado. Pasaron los años y mi abuelo pudo rehacer su vida, pero nunca la olvidó.
A todos les decía:
-Ella fue el amor de mi vida.
Lo hacía mirando un enorme retrato en el living de su casa, donde se la podía ver sonriente, vestida de blanco y entre muchas flores.
Allí estaba su rostro de mujer enamorada, de mujer decidida, mujer que nunca le dio la espalda a la dificultad y que pese a tener problemas de salud, decidió igual ser la madre de mi mamá.
Hoy quise rendirle mi humilde homenaje a esa mujer que soñó con lo mejor de la vida, que es el amor y lo concretó.
Por ella y con orgullo de ser su nieta, es que escribo estas sencillas letras.
Para vos abuela Irma
Diosma Patricia Davis
Copyright 2020 D.A.R.
02/11/2020
Argentina.
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