¡Buenos días! Les comparto una Anécdota más de mi Libro inédito: ANDANZAS Y DESANDANZAS DEL ñBURRO PENSANTE.
DOMINADO POR LA MÁQUINA
los casinos y los sitios donde ubicaban éstas máquinas, pululaban por toda parte. En un sitio de estos, el cual frecuentaba, conocí a un profesional que, también frecuentaba aquel sitio; era un Ingeniero Civil que ostentaba un buen puesto, en una reconocida empresa de la ciudad; también tenia su finca, su apartamento y dos carros, en los cuales se movilizaba.
A diario visitaba aquel sitio, y se apegó tanto a una máquina tragamonedas, que el administrador del lugar se la tenía sólo reservada para él; así era porque, a diario le metía $ 300.000, $ 400.000, 500.000 y hasta más pues, no dejaba de jugar en ella hasta que quedaba sin una moneda en el bolsillo; cuando ésto ocurría le decía al señor que atendía aquel negocio qué, desconectara la máquina porque iba a conseguir más plata para seguirla jugando; que no la fuera a conectar para que otro la cogiera pues, ya le había echado $ 1.200.000,
$1.500.000 o más de dos millones...
Así pasaba todos los días y el administrador del negocio, siempre desconectaba la máquina cuando el Ingeniero salía de allí; a veces volvía al rato y seguia jugando la máquina, y cuando en las noches llegaba la hora de cerrar el negocio y el señor estaba entretenido con la máquina, volvía y le repetía al administrador que la desconectara y que sólo la prendiera al otro día, cuando él volviera a jugarla.
¿Con un cliente así, quien administraba el negocio, cómo le iba a decir que nó? Si el señor llegaba temprano al otro día, le mandaba a comprar y le traía el desayuno y si se quedaba hasta que cerrara el negocio, también le compraba el almuerzo y hasta la cena; muchas veces mandó por la botellita de aguardiente también.
El ingeniero se encoñó tanto con la máquina pues, muchas veces le sacó el premio mayor que pagaba, ¡Claro que, siempre se lo ganaba, cuando ya le había metido diez o veinte veces el valor del premio!...
Así fue pasando el tiempo, pasaron los meses y el pobre ingeniero ya había vendido los dos carros y, esa máquina le iba debilitando su capital; luego siguió la finca y, en menos de un año, su apartamento fue a quedar en las entrañas de esa barriga tragamonedas; perdió su trabajo y al final perdió a su compañera pues, ella no aguantó más y comenzó a tramitar el divorcio.
¿ASÍ DICEN QUÉ LAS MÁQUINAS NO VAN A DOMINAR AL HOMBRE?...
¡CUÍDATE DE LAS MÁQUINAS, PORQUE LO QUE SALE DE LA MENTE, A LA MENTE VUELVE!
¡NO TE DEJES LLEVAR POR LOS JUEGOS DE AZAR, PORQUE EN LA RUINA QUEDARÁS A TU PESAR!
Autor: Abraham Cardona
"El Burro pensante"
País: Colombia
Septiembre 23 del 2022
Derechos de Autor. No plagiar.
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