Que difícil es dejarte,
sabiendo que tus brazos en cruz
se han sacrificado,
que han perdido el don de la belleza,
cuando tratan de mantener,
abrazados fuertemente a mis despojos.
Que difícil es encontrarte con los ojos
llorosos,
en los lugares que hemos sido
amantes el uno del otro,
y hemos inmortalizado cada acto
que se repite
como si fuera un rito religioso,
sabiendo que yo soy tu mejor pecado,
y tú mi hermosa penitencia..
Que difícil es olvidar
tus manos,
que van, desde el hemisferio superior
de mi pecho,
hasta la asfixia de los besos norteños
que son descendientes de tus dientes.
Que difícil es arrancar las flores,
de tu triangulo amoroso
para que pueda amarte sin cicatrices,
como si fueran poros sedientos,
que vienen de todas las latitudes
para sentir como te desnudas,
mirándome con ojos de luna incierta...
Que difícil es morir sin morir,
intentando llegar a tu cuello, a tu boca,
y descansar en tu espalda,
esperando un otoño de hojas caidas
lo mismo que mis anhelos,
que no pueden bajarte
de la cruz del dolor...
La Cruz Del Dolor..
Joan Benavent Brualla.
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