Sangría
“-Me sentía muy solo cuando todos estaban ahí.-”
Ernest Hemingway.
Ernest Hemingway.
Teníamos las manos saturadas,
¡No cabía más silencio!
… ni sombras
o espectros.
¡Solo el enigma de la soledad!
consecuente como la sumatoria
de vacíos,
remendados a fuerza
de pespunteadas hirvientes,
raídas con hebras
de pálido humo.
¡Escribíamos!
Eso teníamos en común,
el hábito de comernos
los verbos por la espalda,
la mala costumbrede sacarle la punta
a sus puñales.
¡No se encuentran dos por casualidad!
en un mundo tan repleto de gente…
Nos detectamos aquella noche
pariendo el dolor de vernos a los ojos,
parto de pupilas renunciando
a mentirse,
negadas repetir
el hueco del sortilegio.
¡No queríamos fragmentos!
ni pasos de lagarto
falsificando sonrisas,
o escamas ficticias
de lo que parece sin ser.
¡Nos despezadamos amándonos!
como si quisiéramos destruirnos
a mordiscos,
desvistiéndonos
hasta los huesos,
besando las vertebras
que suspendenla columna del infinito.
Penetramos los espacios
tan llenos de sed,
que nos abarrotamos
de venas muy calientes,
cuya sangría
silente,
apretó la contracción
de sorprendernos,
desangrados…
viéndonos
en el espejo
de aquel esqueleto…
¡No cabía más silencio!
… ni sombras
o espectros.
¡Solo el enigma de la soledad!
consecuente como la sumatoria
de vacíos,
remendados a fuerza
de pespunteadas hirvientes,
raídas con hebras
de pálido humo.
¡Escribíamos!
Eso teníamos en común,
el hábito de comernos
los verbos por la espalda,
la mala costumbrede sacarle la punta
a sus puñales.
¡No se encuentran dos por casualidad!
en un mundo tan repleto de gente…
Nos detectamos aquella noche
pariendo el dolor de vernos a los ojos,
parto de pupilas renunciando
a mentirse,
negadas repetir
el hueco del sortilegio.
¡No queríamos fragmentos!
ni pasos de lagarto
falsificando sonrisas,
o escamas ficticias
de lo que parece sin ser.
¡Nos despezadamos amándonos!
como si quisiéramos destruirnos
a mordiscos,
desvistiéndonos
hasta los huesos,
besando las vertebras
que suspendenla columna del infinito.
Penetramos los espacios
tan llenos de sed,
que nos abarrotamos
de venas muy calientes,
cuya sangría
silente,
apretó la contracción
de sorprendernos,
desangrados…
viéndonos
en el espejo
de aquel esqueleto…
Scarlet C
-Eres libre y por eso estas perdido.-
Franz Kafka.
Franz Kafka.
Imágenes: Pixabay
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