Homenaje a Quinquela
Quinquela,: tu duende colorido
se quedó suspendido
en las viejas barcazas.
Quizá trepado a los balcones
imaginando aroma de malvones
entre madera y chapa.
Mago de los pinceles, mostraste
hombres de rostros duros y arrugados
barcazas viejas,sol, carga y descarga.
Nunca olvidaste que fuiste
un niño abandonado y te adoptaron
dos seres que te amaron
aunados al barrio de La Boca.
Les retribuiste ese amor, gota por gota.
Lograste que ese barrio siempre triste.
tomara tu paleta de colores
para crear la magia que hoy existe.
Pensaste en la pobreza de su gente,
levantaste dispensario permanentes,
lactarios que brindaran a los niños
lo que a ti la pobreza te debia.
Cada cuadro vendido era una fiesta
como queriendo borrar la historias triste
que tus hombros cargaban todavía
-Piense un poco en usted querido amigo-
La gente apenada le decía.
-Y que más da, si cuando miro
la carita de un niño que sonrie
los pinceles se impregnan en la tela,
aplauden los gorriones en la esquina
para que los descubran los que pasan,
se asomen, entren a la casa
y compren los cuadros que se ofrecen.
_Yo seguiré siendo pobre hasta la muerte,
me dormiré abrazado al Riachuelo
mirando la belleza de su cielo...
¡mientras me acuna una canción napolitana !-
se quedó suspendido
en las viejas barcazas.
Quizá trepado a los balcones
imaginando aroma de malvones
entre madera y chapa.
Mago de los pinceles, mostraste
hombres de rostros duros y arrugados
barcazas viejas,sol, carga y descarga.
Nunca olvidaste que fuiste
un niño abandonado y te adoptaron
dos seres que te amaron
aunados al barrio de La Boca.
Les retribuiste ese amor, gota por gota.
Lograste que ese barrio siempre triste.
tomara tu paleta de colores
para crear la magia que hoy existe.
Pensaste en la pobreza de su gente,
levantaste dispensario permanentes,
lactarios que brindaran a los niños
lo que a ti la pobreza te debia.
Cada cuadro vendido era una fiesta
como queriendo borrar la historias triste
que tus hombros cargaban todavía
-Piense un poco en usted querido amigo-
La gente apenada le decía.
-Y que más da, si cuando miro
la carita de un niño que sonrie
los pinceles se impregnan en la tela,
aplauden los gorriones en la esquina
para que los descubran los que pasan,
se asomen, entren a la casa
y compren los cuadros que se ofrecen.
_Yo seguiré siendo pobre hasta la muerte,
me dormiré abrazado al Riachuelo
mirando la belleza de su cielo...
¡mientras me acuna una canción napolitana !-
De mi libro "Azul de Adiós"
Artista Plástica: Ana Patiño-
Artista Plástica: Ana Patiño-
Gracias querida amiga milagros Rios.
ResponderEliminarGracias querida amiga milagros Rios.
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