Reconstruyo por azar del tiempo
invocando la gloria de
los dioses desconocidos
elevando mi pedido
al máximo poder del universo,
que proteja a los salvajes sentires
de amores condenados,
que no niegue
la última mirada
de la muerte y
en este soliloquio
de pobres palabras
que no saben pronunciar
la sentencia justa.
Bajo la pálida luna
se oculta tu deseo
y al mío convoca.
Deseos perdidos
en la niebla
ocultos en laberintos inútiles.
Dónde escondistes
las promesas,
ésas que eternas
danzaron.
Fue noche de verano,
sólo suspiro
un fugaz sueño.
Quedando prendido
en la piel.
Sylvia Ovington
Mi estilo
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