Escribe, escribe, podrías…
Podrías en un poema describir mil paisajes,
detener el pasar de un cometa en un solo verso,
dar la pintura exacta, de verdes y sombras de un atardecer,
o dejar que el crepúsculo apague todo brillo… Sí… podrías.
Podrías dar freno a una avalancha en las montañas,
detener ráfagas de viento sobre el arenal amarillo,
congelar bravas olas golpeando el acantilado,
podrías detener el vuelo de un cóndor… Sí… podrías.
Podrías fijar la mirada al mar de un viejo marino,
detallar las rugosas manos de una abuela pensativa,
la risa y mirada de un niño moreno, en una travesura,
y dejarlos allí, como un añil retrato…Sí… podrías.
Podrías hablar de romances eternos,
o de tristes fracasos en el amor,
más aún, pincelar en palabras,
la última batalla de un bravo guerrero… Sí… podrías.
Podría tu obra estar en lujosos salones,
o ser parte de la vidriera, del más importante centro.
Sin embargo, si frío y silencio percibes,
podría ser que tu alma no ganó el momento…Sí, eso podría.
Por ello… si escribes, dile enfáticamente a tu alma,
que sea la palabra que besa, acaricia o grita… Dile:
¡Alma mía vuélvete verso, poema, aliento, consuelo…
abrazo para otra alma que de vos espera!… Eso dile.
Podría ser entonces que el alma que espera, a la tuya que llega,
vuelva a vos trayendo primaveras, abrazos, caricias..
¡Centenares de sueños, miradas lejanas, desconocidas,
o una carta atesorada por quien más te recuerda!… Sí, podría.
Miguel Angel Funes
Argentina
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