Te esperaré en el silencio del tiempo,
con los primeros rayos alborados.
Te esperaré con el calor de las manos unidas,
en rezo por el reencuentro bendecido .
Mis ojos guardaran el brillar, que tanto amas,
para que al verles no pierdan la luz de tu mirar.
Y abrazaré tu esencia para no dar lugar a la ausencia,
que daña y mata los corazones en soledad.
Te esperaré entre perfumes de amapolas,
entre el trinar de nostálgicas alondras.
Junto a la sombra de un último beso
y la tibieza que en cada caricia dejas.
Te esperaré por siempre y para siempre,
como sólo los enamorados entienden.
Tu caminar te traerá a mis brazos nuevamente,
para acurrucarnos en nuestro inmenso amor.
Te esperaré, jamás no lo olvides,
como esperan las gaviotas los barcos de alta mar.
Extrañame constantemente, con dolor en el Alma,
para ser tu remanso, tu alivio y calma.
Te esperaré con la mirada pérdida y el corazón exaltado,
de amores ilusos, de amores atesorados.
Te esperaré regresa a mi pronto,
para unir nuestras alas y volar en infinita unión
Te esperaré por siempre, regresa a mi eternamente,
abrazados como perpetuos amantes.
Autora: Marcela del Carmen Rioseco
Argentina – Derechos Reservados.
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