Bajaban dos bandoleros
por el canal de tu pecho,
mis ojitos prisioneros.
Dios me guarde la cadena,
y yo guardaré la llave,
el secreto y la melena.
Los secretos del amor
y son pequeños tesoros
que no cambian de color.
No me mires malamente
y que hablaran de nosotros,
y toda esa mala gente.
No me digas, no te quiero,
que se muere el corazón,
que por ti sueña el primero.
Puchelar.
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