EL MURO DE LOS SUEÑOS
(Cuento)
He comenzado a perder el rumbo. He caminado sin sentido y hablado tonterías. He pernoctado en el fulgor de la estrella polar, y el bosque es silencio durante las noches de verano, cuando el canto de las aves y el ruido de los insectos es como la introspección de un yogui en la soledad de una montaña muy alta, desde la que es posible contemplar todo el universo. ¡Mira, obsérvalo! ¡Qué grande y qué maravilloso es! Podría encontrar miles de razones para vivir y, así mismo, otras tantas para morir. Hay momentos en que te encuentras en el centro de la balanza y no quieres caer hacia ningún lado; es un estado de conciencia en el cual la noche se hace día y éste una masa incandescente de tiniebla. Me encuentro con toda esa gente compartiendo un lugar, una época, este silencio; cada uno medita en lo suyo; cada uno percibe un mundo diferente. Ahora ella me da un beso; no abro mis ojos. Nuestras manos se funden y nuestros cuerpos se encrespan; hemos derribado el muro de los sueños.
Autor:
Enrique Osorio Beltrán,
Bogotá, D. C., Colombia.
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