“Tormento en el amor”

“Tormento en el amor”

En la vida siempre,

todo son etapas,

que debemos de quemar,

“para poder avanzar”.

Y avanzar en la vida,

no es otra cosa,

que valorar los momentos,

“y entender los sentimientos”.

Porque los sentimientos,

nos pueden marcar el momento,

dándole la bienvenida,

“ al presente de la vida”.

Porque el presente es,

una nueva oportunidad,

de volver a vivir,

“sin cometer errores de verdad”.

Y los errores suelen ser,

el motivo del fracaso,

que nos dejaron marcados,

“en un tiempo ya pasado”.

Porque el pasado,

debe de ser eso,

solamente un pasado,

“que quede atrás olvidado”.

Pero si no está olvidado,

o por lo menos apartado,

se convertirá en el fantasma,

“que le haga al presente perder la calma”.

Porque la calma es importante,

para seguir hacia adelante,

como dijo el caminante,

“seguir firme siempre pa´lante”.

Y caminar hacia adelante,

nos hace de afrontar,

la vida que nos viene,

“y con optimismo nos conviene”.

Al ser optimistas,

veremos como vamos avanzando,

superando todas la metas,

“atravesando con éxito las puertas”.

Y las puertas se van abriendo,

cada vez que las tocamos,

porque el pasado vamos dejando,

“cuando el presente vamos viviendo”.

Pero cuan el pasado convive,

o más bien le vamos imponiendo,

por temor a los fantasmas,

“o quizás no lo deseamos ir olvidando”.

Y si no lo olvidamos,

se puede convertir,

en un arma tan perfecta,

“que el presente va lentamente apartando”.

Y cuando se va apartando,

no nos damos cuenta,

que vamos eliminando oportunidades,

“y la felicidad en tristeza vamos cambiando”.

Una felicidad que va quedando en recuerdo,

cada vez que la maltratamos,

pero sin darnos cuenta,

“cada intento de superarlo lo ignoramos”.

Y no hay peor cosa,

que sentirse ignorado,

y la confianza que se entrega,

“se queda como el payaso ignorado”.

Y hasta el payaso merece respeto,

porque es difícil conseguir,

que elimine la tristeza del corazón,

“y te haga feliz haciéndote sonreir”.

Cuando cada sonrisa,

se convierte en melancolía,

de lo que pudo ser,

“y se murió un día”.

Murió por culpa de pasado,

porque cuando el pasado continua,

es como la piraña,

“que no deja carne ninguna”.

Y sin carne se va quedando,

un corazón que comienza,

a vivir un tormento,

“que poco a poco le fué matando los sentimientos”.

“Un amor atormentado suele ser una cruel víctima del pasado”.

Miguel de la Mancha

(poeta y escritor)