CADÁVER

CADÁVER

He sido testigo presencial
del corpus dilictis
de tu asesinato.
He presenciado el vil puñal
de la indiferencia
descuartizan dote traidor
tu sentir,
asestan dote sin piedad
sobre la carne sensible
de tus sentimientos.

He contemplado
con las lagrimas de mis ojos
tu homicidio indiscriminado,
tolerante hemofilico
en el charco de tu sangre,
del vació circuito
de la humanidad.

examinado, a tra vez
de mis miradas muertas,
tu cadáver abierto
a la autopsia que define
tu exterminio,
la causa criminal necrológica
la necropsia de tus arterias
gangrenada, del rigor mortis
de los silencios que te definen.

He hilado, las aberturas
de tu carne abierta
recomponiendo las formas
de tus galimatias,
extrayendo los fluidos
de tu supuesta esperanza,
toda fluidez sentimental.

Te he maquillado
cual vulgar taxidermista
del rojo de tu pasión,
del peligro aventurero
de tus amores,
y te he amortajado
como al Dios muerto
como al diablo amortajado,
como el mal que nace
y nunca muere.

He asistido, a la soledad
de tu sepelio,
al silencio del más allá
que la humana carne
no irrumpe.
He seguido tu féretro
con las lagrimas
de mis pensamientos,
la muerte a mi costado,
serena, impaciente de mi,
abrazándome, en un pésame
palpando mi alma,
y tras de mi, un cupido
alcoholizado, inconsciente´
sin arco, sin flechas
sin la venda asesina
en el homicidio
de su ingenuidad.

He abierto las aguas
del mas profundo océano,
escarbado la tierra
del mas hondo abismo
del silencio mas absoluto,
y allí, en el núcleo del mundo
te despreciare abandonado,
tú, mi cruel corazón
que te engañas y me traicionas,
allí, en los barrancos
de los olvidos,
desangelado quedaras
a la espera,
que ningún sentimiento mas
resucite, tu cadáver.

FRANCISCO CEDRÁN.
POETA URBANO.