Emergen gotas de tus recuerdos en mis ojos de dátiles
En la distancia mi mar ahoga a mi puerto con su brisa
Aislado y abandonado beso mis crepúsculos sin prisa
Mi corazón deja de latir frías azucenas en mis abriles.
Solo en ti mis gaviotas alzan vuelo con su bello canto
La lejanía va naufragando enredado en los caminos de polvo
Las fogatas van formando un faro que arde como mi único abrigo
Retroceden las sombras regresan tus huellas con tu encanto.
Hay tierra en tu piel, germinan mis amapolas en tu vientre
Mis labios se humedecen con este deseo envuelto de eternidad
Enloquecen mis ansias, hay fuego en mis cementerios de bondad
Mis deseos nacen en las palabras que comienzan en septiembre.
Floreces en mis versos mientras silban los duendes azules
Parte el tiempo para caminar en algún reloj de arena ardiente
Tu silueta cuelga de mis dedos siento tus carnes como un torrente
Grita mi cuerpo nace un eco en medio de tus pechos insaciables.
Surgen incendios de estrellas aparecen aves de fuego eterno
Cenizas de luchas entre tu piel y la mía hablan de nuestro infierno.
Pax
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