Loco…
Loco trance de espejismo invariable,
donde por fin, fueron crudas las verdades,
donde por fin, fueron cuerdas necedades
las únicas verdades, de la ética indomable…
Por ser cuerdas, fueron necias: a los sordos;
Por verdaderas y justas, fueron únicas las locas
almas que lo injusto apedrearon con sus bocas;
Loquero fue el amor; poderosos, los cerdos…
Fue mentira la verdad, en su única palabra,
palabra de fealdad, para los monstruos,
que imparten la verdad, para la recua obra
un mundo donde el mal, cobra favores mutuos…
La locura fue el azar, de repartir los pétalos
de una frondosa flor, menuda, por desgracia…
Para no ver llorar, ó hacer reír la Gracia,
de un niño, y dejar, la sombra a los acéfalos…
Mintiendo la verdad, fue obrando Maravillas,
tertulias que el océano, clamó hacia las doncellas;
Fue néctar el oprobio, y fue dulce amor: querellas
fueron mieles los sabores, y saciadas las costillas,
La mirada, dulce vino, y el amor, la encrucijada
que no amar traía pesada, ó las lágrimas, centellas:
ya no había soledades, que los labios en estrellas,
fueran ansia de besarlos, ó la voz, ya contestada…
Fue locura amar eterno; fue milagro el no morirse:
afortunado labio, que tu boca me ha dejado
enterrado con el viento, que las rosas dejan al irse
en las cumbres de mi alma, mi corazón envenenado…
Fue la sombra, de mi alma, el latido de los Sueños,
la costumbre de la noche, por beber las penas:
el silencio de mis aguas, esperando Primaveras,
que la noche no deseaba, en éste mar de arenas…
Así es que, si no estás loco, de esta mansa locura,
delirante, si tus besos empaparan mi cordura;
Con la “cordura del mundo” irás bien preso en tu alma,
no habrá alegría en tu seno, ni delirio de esperanza:
Sólo será la sórdida lanza, de esta cordura que danza,
para matarte el aliento, y la vida, la esperanza:
porque sin aliento no hay vida, ni amor, ni venturanza.
La locura es que este mundo, ha nacido sin amor
Princesas ó llantos, ó duendes, sólo conocen temor.
Rosa (2)
Rosa de sombra, en el aliento del crepúsculo,
cual va nevando, un verso cristalino,
y en sorda sombra, la ruina a mi desvelo
es mártir de flor, de voces en un pino…
Cual viento heraldo, que sin sabor de un beso
ó sin hablar el labio, tu boca se ha adueñado,
la risa de mi rosa, ó el llanto enmarañado,
tan goce me perpetra, con álamos y rezo…
Ooh rosa de hermosura, y sin latir un páramo,
de versos en tus labios, y brisa de un atisbo,
de labios en mi calma, y boca cuanto robo
los labios de tu boca, y más gentil: te amo…
Sofoca la pedrera de mis pasos vibrantes,
y ya no siendo unísono, del verbo que te impera,
sofoca la llanera del manto y flor deseantes,
donde tu voz primera, desluce cuanto espera…
Ó sin latir mi beso, es llanto contrastado
del habla que el azúcar, de tu labio premiado,
tan voz, no es de mi sombra, cual labio ha contestado:
tu boca es de mi beso, del labio enamorado…
Que sin hablar profiere, semánticas ó formas
que el cristalino verso, oprobia en su bandera,
por cuanto la altanera, ó música que formas,
rotundamente ampara, mi Musa en Primavera…!
Ó sin dolor del Ángel, que ya tu voz temprana,
Septiembre va de beso, y boca hasta besarte,
la ruina de mi labio, y el beso de tu Arte,
provoca el embeleso, que tu boca amilana…
Ó el labio de mi Musa, no es llanto cristalino,
que el mar supuso llanto, del verso que es divino,
en otro arte trueca, los labios de tu boca
donde tu roca el beso, es labio que me evoca…
Ó por amar infiere, el labio de sí mismo,
que el canto no deseaba, al verso de su mano:
por irradiar Verano, los senos de tu abismo
son noches estrelladas, de la boca que emano…
Privanza, Ooh delirio, de tu boca que besa!
Los labios de la altura, que tu boca difama!
Los labios de tu boca, son rosas donde empieza,
las artes de la rosa, y el verbo que te ama…!
Oh pura, Ooh nocturna, Ooh verso inaudito…!
Los labios de mi Musa, entonan mi prurito!
Versos…
Tersa mano, que enjuta la línea promotora,
que crece desde el suelo, de la sombra,
físicamente dibuja y crea tu cintura,
va delineando tus pies, luego te alumbra:
contornos sumisos, que hasta el vértigo
ensombran el latido de tu piel, y suben,
encriptando la caricia por tu miel, y ombligo,
y cae, vencida, por el labio de tu boca: gocen…
Línea delgada sombree la noche de tus senos,
perfectamente alzados hacia el cielo,
estrellas, cumbres vanas, donde mi anhelo
fragua tu sonrisa, y desnuda pechos plenos,
cual altiva sombra deje en tus labios rosicleres,
panojas delicadas, de sabor de mieles:
todo arte, en el rubor de tus placeres,
invita luego a amar, desnudos, los pinceles…
Completa: estatuada forma femenina,
el verso compara tu silente aguamarina,
embelesada con el arte, de tu jocoso verso,
en tu núbil ocaso, ó rima en tu universo…
La aurora de tus pies, tus plantas me extasían,
privándole a la noche, dulzura de tu intacta
mirada tan terrena, y bella en mi agonía,
que tu perfume vence, y goza más exacta…!
Goliardo de mis noches, perfume que me nubla,
privándole a la noche, entornos más sitïados,
por el venablo alzados, de rocas en la nïebla,
de sitios en las playas, que besa a enamorados…
Señuelos en las artes, labios presurosos
calmas inquietantes, y bocas tan ansiadas,
besos en las hablas, labios perezosos
que buscan las maneras, de amar entre miradas…
Tu cuerpo es una ola, orlada en mi pecho,
mi pecho te comanda, cual buque en el océano:
Sirena de mis mares, enardecida a pleno,
los besos no son labios, que los labios han hecho…
Tú gozas en la arena, las lunas grandes buscan
el oro de tu cuerpo, que mi cuerpo gloría,
en otro beso casto, que de tu ardor podía
privar saladas aguas, en olas que evanescan…
Perdida sombra, laja, en tu desnudo labio:
mi boca tan sumisa, regodea tu oprobio…
Dulce cual…
Dulce, cual el agua, que de tu silencio emerge,
dulces las costas peregrinas de tu pecho
blanqueadas en la sal ó amaneciente arena,
que la boca del despecho, las sumerge…
Costas en que soy blandido ya en el éxtasis
de un oprobio no menor, llanuras en los mares,
cotejando con mi boca, los labios en altares
en tus senos oro hay, y penumbras en crisis…
Oro que refulge, la marea de esos montes
vecinos ó del tacto ó sudor de mis entrañas,
cual miríficos heraldos de dos cielos con que engañas
ya con dos amaneceres, el crepúsculo de amantes…
Plata que reverbera en la bruma de esos pechos,
cual salados, carmesíes, pequeñas rosas,
que en el beso marino, y frenesí, insatisfechos:
tus pezones, coral süave, artifician el vino de mis glosas…
Marea que pernocta, asida de tus trémulos, bizarros
alicientes de tus muslos en róseos albores,
mitad, blandos de rosa, y completos, seductores
en el rostro de la noche, irisando los estelares carros;
para vestir las almenas de tu vientre, en ámbar:
lo que dulce espera de la boca, en rostro de mar,
ó de besos en la boca, de labios encubiertos,
con la sal de tu risa, y la lengua de conciertos…
Marea que desquita, de tus labios amantes,
de prófugos instantes, que la boca atesora
con labios de la aurora, en labios excitantes,
en búsqueda de océanos, y lunas que demora
el ámbar de tu pecho, y el latido de aurora,
gozoso en mis mitades, y tu completa hora,
besándome el aliento, al juicio de tus fauces,
en otros oropeles, al beso de tus cauces…
Tus pechos en el lecho: al dorso tu columna,
perfecta se sitúa, cual ruta del placer,
sitiándose a la noche, por promulgar hacer
la boca en tu cintura, los glúteos en columna,
reclina ciegos tratos, caricias vencedoras,
de rosas perfumadas, y sombras permanecen,
en labios olvidadas, de rosas que ensombrecen:
los labios de mi alumna: de amor, conquistadoras…
Pretérito de Siervas, que la boca sonrosa,
amanecer enervas, en pechos, una rosa…
Flores…
Floridas flores, floreando el campo de tus ojos,
flores bajo el sol, floreciendo en tu mirada,
florecidas del color, con que tus labios, amada,
besan labios en mi flor, bajo tus perfumes rojos…
Ooh eres verde campo en flor, florecido monumento,
cual distancia de mi aliento, por besar tu inquieta rosa,
y las rosas tan deseosas, por la flor de tu alimento,
gozan ebrias las auroras, del perfume que me goza…
Rosa ebria de tu boca, en el labio que me duele,
boca besa labios flor, del perfume de tu boca,
florecida espina ciele, ó en el labio que me toca
a besar púrpura rosa, de los labios que conduele…
Florecida boca libe, de tus labios mi palabra,
en el sueño de tus rosas, tan abiertas en lo dulce
que por labios, labios pulse, de tus labios, en mi obra,
a besar tus mudos besos, con los labios que realce…
Ó de prófugos latidos, ó de pétalos frondosos
labios tiene de tu rosa, de tus labios ultimantes,
las fragancias adueñadas, de mi sombra, unos instantes
en la sombra de tus labios, labios quiere, bondadosos…
En los labios que, esperando, han nutrido de mi boca,
otras lenguas con poesía, con los labios de la rosa,
han sabido besar labios, con los labios cual evoca
los suspiros de mis labios, ó el perfume, presurosa…
Labios quiere de tus flores, Ooh florido néctar, rosa!
De los labios de mis flores, y del juicio de tu boca,
labios quiere de tus labios, ó con tus labios evoca
labios dulces, otros labios, ó del verso de mi Diosa!
Néctar en tus flores, tan florido nombre adensa,
el suspiro que te piensa, y los labios que suspiran,
en la boca se retiran, y en los labios tú y mi beso,
por besar otros latidos, bocas viven y respiran…
Bajo el arte de tu beso, bajo tu mirada el lirio,
de los lirios de tus besos, ó del tacto de tu rosa:
tu mirada me desposa, bajo cintura, delirio,
de los versos de mis flores, ó del labio que me goza…!
Bajo tu suspiro un beso, bajo tu mirada el labio,
del suspiro de mi beso, por mi arte de mediar,
en la rosa de tus flores, ó de pétalos de ámbar,
en la boca de mi beso, ó fragancia en mi resabio…
Labios quiero de tu rosa, ó de ámbar cristalino,
desde tu labio el amante, de mis versos, sobrevino,
a besar tus mudos besos, ó los labios de mi flora,
tan floreados como labios, tan pintados de la aurora…
Ó de tus labios trabaja, de mi lirio, ningún beso,
ó de tu beso dispara, otros labios de mi cirio,
en las bocas de mis besos, ó de labios que regreso,
modelando tu cintura, con el labio, mi delirio!
La fragancia de tu rosa, desde tu rosa perfumas,
con los labios en tus piernas, y de rojo me consumas.
El fuego de tu cuerpo
Corpórea llama negada sombra ruge
el rojo llama, la llama de tu cuerpo,
Orquídeas no reclama, en sombras, rojo fulge
la sömbra más desëada, del fuego que descuerpo…
El cuerpo de tus llamas, tu vientre que a despecho
orlado me fulmina, y busca fuego en siembra,
cosechas mis miradas, en sombras de tu pecho,
que helados senos bulle, contra tu propia sombra…
Eres mi medida, medida del deseo,
contra tu fuego escarba, la llama de tus senos,
albura ígnea declama, los versos que peleo
contra tu seno amante, del otro seno, llenos…
Tus pechos son heraldos, de fortaleza amante!
De frescura desëada, en mi boca ya plenos,
Heraldos que desearan, la boca de un infante,
y búsqueda en mis labios, de pezones muy buenos…
Tu cuerpo ensoga tristes, las alas de mi carro,
por donde me amurallas y ensortijas la bielda,
y coronas el espacio de tus tetas, amarro,
la boca de tus piernas, que con flores es celda…
Deseo de tu numen, mi Náyade terrena,
el jabón de tu cuerpo, son rosas en el cierzo;
en búsqueda de labios, que con labios, mi verso
te busca, Cisne bello, de palomas, decena…
Tu cuerpo entrega sombras, floridas en tu néctar
otros veranos fundes, con altos chapiteles:
de búsqueda en tus labios, de carmín labios hueles,
la rosa de tu cuerpo, espinas clava en tu dictar…
Mi labio funde el oro, que de tus róseos muslos,
los labios de tu cuerpo, y pléyades de sombra,
en tus labios amantes, y plantas, que pedíroslos:
mis bocas labio endulce, en los dulces que alumbra…
La unión de nuestros labios, es goce de las lenguas,
que tus besos amantes, son noches erizadas,
penumbras irradiadas, y estrelladas leguas,
que el labio de tu beso, a mi beso comandas…
El cuerpo de tu cuerpo, en mi deseo adentra,
fulgiendo la menuda, demanda de mis besos
en otros labios entra, y fulge y no concentra,
el labio de tu beso, en otro beso, presos…
El placer construirte, con flores perfumadas,
perfumas tú las flores, y rosa enamoradas…
En tus pechos labrarte, la pasión de la rosa:
hacerte amores dura, al alba que te goza…
Heladas rosas mojadas de fuego
Heladas rosas, mojadas de fuego,
en tu cintura helada, pronombre de rüego,
recalcitrando el nombre, del ala en tu juego;
y buscando el asombro, mi lira que anego…
Heladas rosas, de tu rostro cïego.
No buscan las alas, más diestras del alba
en tu cintura blanda, cinética salva,
ó labios de oro, de candiles, pliego…
Heladas rosas, tus labios amantes,
recalcitradas sombras, de labios distantes;
de voz que perfuma los óleos desnudos,
palabras amantes, de cuerpos, de nudos…
De búsqueda helada, contornos alados,
de fraguas idénticas, sombras al rojo:
prudencias de sombras, de füegos desnudos,
desnudos tus ruegos, foguean mis ojos…
Heladas tus rosas, de frescura extintas,
livïanas tus bocas, de rosas de cera;
mis ojos, son llamas, desnuda pantera:
en tu cuerpo desnudo, que con fuego pintas…
Ya pintas mi alma, con lágrimas rojas,
aladas, desnudas, de sombras de fuego:
al rojo desnudo, del pliego en tu ruego,
me nombras las llamas de incendio, que escojas…
Blande ya el oro, tu núbil orgasmo;
plegarias latidas, del fuego que acabo;
doncellas de oro, de rimas excelsas,
tu fuego desnudo, latido, entusiasmo…
El hielo del oro, de frescurea llama,
de bocas de rosas, en alas de fuegos,
los rostros desnudos, amantes do ama,
la lluvia del fuego, del ala que entrego…
Heladas coplas divinas de amante;
perfume distante, que el fuego repara:
cadencia infinita, que el fuego deseara
deseo del alma, de frescura infante…
Promete la luna, crepúsculos rojos:
la boca en tu rosa, es füego desnudo,
las albas, tus senos, son rosas escudos,
perfectas las sombras, de llamas que escojo…
Presencia divina, de tu pecho ardiente:
alada la copla, tu vasta belleza;
desnuda tu fuente, eritrea entereza;
figura que acaba, tu rostro pudiente…
El fuego, en tus rosas, son hielos desnudos:
mi boca en tus senos, son alas prohibidas:
y besan con ciegas, marmóreas, mis labios atados,
tus sombras candentes, de furias vividas…
Heladas rosas, de fuego, mojadas,
desnudas el hielo, con labios, miradas…
Alejandro Rodrigo Flagel
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