A la luz del día
me entrego,
al misterio de la noche
acojo.
Poseo la magia y la fantasía
y la luna me presta hilos,
y con plata tejo sueños.
Mientras la ilusión
enciende la vela del conjuro
y te invito al aquelarre sagrado,
donde danza la sana locura.
La aventura del movimiento.
Soy hechicera de caricias,
entregando la adecuada sonrisa.
Me niego a aceptar la derrota,
construyo el mundo colorido
del dulce elemento que cura.
Sylvia Ovington
Mi estilo
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