DUNA Y PIEDRA
Somos,
y no hay sentido que no escuche
ni noche que no nos haya consentido.
Somos,
porque han querido las palabras,
y los latidos.
Porque a veces, hay caminos que conducen
y luces que aguardan.
Porque he tejido y destejido
tantas veces como la espera quiso atarme
a las sirenas del delirio,
y acunarme en los vaivenes de otras venas.
Somos,
porque apenas quedan mundos
que no hablen de nosotros.
Porque tu rostro era duna y mi rostro piedra,
y sucumbimos.
Somos,
los nidos del alma que buscan las ramas
entre las estancias del abecedario,
el calendario que acaba y comienza
la tarea de darnos sin pausa,
sin tregua,
sin cómo, ni cuándo.
Somos el teatro donde todo duerme
y todo sueña,
el barro sin forma que espera la horma
de la cercanía,
el amor sin norma que arrasa y abrasa,
el deseo que pasa y la pasión que enciende,
el ritmo que muerde y la moral que olvida.
Somos,
la vida que envuelve la furia en momentos.
Somos sentimientos que el tacto acaricia
y el amor culmina.
Somos la palabra que labra la noche
y vendimia el día…
Somos la poesía.
.
Autor: Miguel Alcantud Cayuela
Fotografía: Alcira Cantu
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