COMO CUANDO NIÑA
Y en la lava teñida de los celeste,.
abrí el portón platinado y deslumbrante,
sonámbula de dolor toqué tu olvido,
y al despertar de mi soledad del sueño,
efímera incandescencia de mis mares,
logré en la fulgia deslumbrante de tus ojos,
permanecer dormida y viva,
al amparo del inefable fluido de tu voz divina.
Dando tumbos el las difusas piedras del encino,
rodé hasta la sordera de mis ojos,
me pinté de sangre en la alborada,
desperté dormida de mis sueños y así tu mano como antaño. ¡Cuando niña!.
Para volver al solaz de tu mirada,
para saber que aún me esperas,
en el misterio del mirto florecido,
en el agrio peñasco de la flor del agua,
como antaño los dos en el altar del río.
Porque eres el sol del infinito horizonte,
porque eres piedra angular de una grey eterna,
porque eres principio y fin de la eternidad del tiempo,
porque eres la paz y la revolución del orbe,
porque solo tú eres verdad y vida.
Autoría:
Hortencia Aguilar Herrera.
todos los derechos reservados,
México.
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