NAVIDAD, TIEMPO DE AMOR

 Esto lo escribí hace justo un año...

Este año, fue un año diferente a todos los demás, un año atípico.
Por eso también mi reflexión para Navidad y Año Nuevo va a ser distinta.
Hice como una especie de recopilación de muchas reflexiones que tuve en estos últimos años y de todo eso surgió este escrito para Navidad.

NAVIDAD, TIEMPO DE AMOR

Navidad...
Hermoso tiempo donde Dios bajó a la tierra, donde se acercó mucho más a cada uno y pidió también que nos acercáramos a él, donde vivió igual que cualquiera; incluso pasó
las peores condiciones, como las de quien sabe que no tiene una morada.
Tiempo de paz y de amor, de dejarnos sus enseñanzas y su perdón.
Vino a la tierra sabiendo que lo esperaba el sufrimiento, el descrédito, e igual se entregó por su amor a la redención humana.
La Navidad es un renacer a la esperanza, es confiar que puede surgir un ser que traiga lo mejor para la humanidad. Hoy Dios, se acerca más a nosotros, se inclina a pedirnos con su bondad, que sepamos mirar a los ojos de nuestros hermanos, para percibir lo que sienten; que sepamos tender una mano a quien nos necesita, sea material o espiritualmente.
Nos dice que actuemos, que nos acerquemos y aprendamos de verdad a entender como se conjuga la palabra amar...
En esta Navidad quisiera hacerle un pedido especial a mi "tata" Dios.
Quisiera pedirle que nazca la ternura en los corazones heridos, en las almas enfermas, en aquellos que sufren y padecen por olvido.
Quisiera que los corazones duros se ablanden y en vez de pensar en intereses, se conmuevan ante el llanto de un niño.
Que puedan ver con la claridad del que ama, que puedan sentir con el dolor del que sufre.
Que las guerras no son sólo en el campo de batalla, sino entre los seres que tenemos muy cerca y la vida es tan corta, que vivir con venganza no sirve.
Quisiera de verdad despertarme y recibir el regalo de que el amor es costumbre.
Quisiera que no haya odio en el corazón, porque el rencor no seduce, va llenando de vacío el alma y ahoga de pena con sus cicatrices...
Quisiera mi Dios, que las lágrimas no sean más de dolor, sino de alegría por saber que vale la pena vivir en este mundo mientras el calor humano existe.
Quiero agradecer a cada uno que pasó por mi vida de una o de otra manera en este año.
Cada momento por más que parezca intrascendente fue muy importante porque significó un momento compartido con otro ser igual que yo, con los mismos sueños, con los mismos miedos...
Cada momento lo atesoré como sagrado porque no se va a volver a reiterar jamás.
Cada instante está grabado en una página del libro de mi vida.
Cada uno de los que pasaron por ella tiene un lugarcito en mi corazón.
Cada persona que conocí, cada amigo, cada amor, cada compañero, está muy adentro mío.
Los que están y siempre van a estar, los que pasaron y se fueron alejando, los que se fueron para siempre pero quedarán en el recuerdo de su cariño, a todos les digo gracias.
Porque me enseñaron, me trajeron muchas alegrías y también algunas tristezas.
Con las alegrías disfruté y llenaron mi corazón, con las tristezas aprendí, pero nunca me fueron indiferentes.
Agradezco a cada uno haber pasado por mi vida en este año.
Quiero que sepan que fueron muy importantes para mí.
Pido perdón a quienes ofendí, a quienes no supe llegar y a quienes no supe amar.
Todo lo hice con el corazón...
¡GRACIAS, GRACIAS, GRACIAS!
Para todos los que hoy
tienen una mesa en familia, para todos los que están rodeados del amor de sus seres queridos, para todos los que están solos y necesitan de un abrazo y un consuelo, va mi corazón a acompañarlos en esta Navidad y pedirle a nuestro Señor que envíe a sus ángeles para compartir su pan en la mesa.
¡Mi brindis por ellos!
Alzo mi copa y les digo: ¡Gracias por todo...!
¡¡FELIZ NAVIDAD!!
Y espero con los brazos abiertos al año que va a comenzar.
GRACIAS, GRACIAS, GRACIAS, Y BENDICIONES PARA TODOS

Diosma Patricia Davis
20 de Diciembre 2020 D.A.R.
Argentina