crucificados en mis labios,
las semillas de tus caricias
enterradas en mi piel.
De aquellas frases bonitas,
sólo quedó el eco malherido,
una remera de suspiros
estancados, que se ahogan.
Sólo quedó un montón
de ilusiones colapsándose
en las arterias, un silencio
amargo que me ata.
Sólo un cortejo fúnebre de
lágrimas estrellándose en
el pecho, y un te amo
desahuciado, solo eso me quedo.
6/11/2017
@derechos reservados
De Autor:
Lluvia de pensamientos
Eva Zuniga
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