sábado, 21 de diciembre de 2019

FELIZ NAVIDAD




FELIZ NAVIDAD

Cuento corto por Sergio Pellizza

Lorena de once años reposaba en su silla de ruedas frente al gran ventanal del amplio living de la estancia. A pesar de su invalidez desde hacía dos años, la niña tenía una carita siempre iluminada por una luminosa sonrisa. El trágico accidente ocurrido hace dos años sobre la curva escarchada de Guaraike que le quitó la movilidad de sus piernitas no pudo borrar la alegría de su carita. La tragedia no solo se centró en ella sino que se llevo la vida del primo Fernando y la pérdida del embarazo de su mama y el esperado hermanito. No conforme con todo esto la tragedia también no permitió que su mamá pudiera intentar traerle una fraternal compañía, quedó estéril para siempre.

El amor y ternura de sus padres se sentía en todas las actitudes que la rozaban. Por todo esto Lorena se sentía a pesar de todo una personita muy afortunada. Cada navidad Papa Noel llenaba de regalos para ella el árbol. No solo de los caros, también estaban los humildemente entrañables del personal de la estancia. Trencitas de cuero, alfombritas de piel de cordero, pulseritas de piedras de colores y muchas cosas más que ella atesoraba, porque sabía que contenían amor. Estas pequeñas grandes cositas para ella las guardaba en un baúl que le hizo don Barría, el carpintero de la estancia. Los demás, salvo alguno especial los prestaba o regalaba a las niñas de la estancia.

Ya era diciembre, próximo a las fiestas navideñas. La estancia como siempre se vestía con sus mejores galas para recibirla. Este año venían los invitados de siempre, el personal del establecimiento y los de estancias vecinas. Se habían dispuesto luces en la mayoría de los árboles del parque y todo lucia brillante y hermoso.

Salvo el tiempo en que estuvo internada en recuperación, Lorena quería estar en la estancia, la amaba. Allí estaban sus amigos pequeños y grandes que la adoraron desde que naciera. Sus amigos de la edad le construían con sus propias manos senderos para ir en su silla hasta más lejos de la casa. El gran proyecto era llegar hasta el lago. Faltaba mucho para eso, además el jardinero se enojaba por la forma en que se estropeaba su cuidado césped. Tenían una estrategia para esto. Llevaban a Lorena y construían el sendero a medida que avanzaba la silla. El jardinero re fuñaba pero no decía nada, en el fondo le gustaba, por eso siempre había alguna herramienta apropiada que siempre se olvidaba de guardar.

Esta increíble y adorable niña, pocas veces pedía regalos a Papa Noel, decía que tenia de todo y lo más valioso el amor de sus padres y de todos que la rodeaban. Pero en esta navidad se le antojo que quería una muñeca súper, como la que había visto en la tele, que caminara, que hablara, que tuviera finos cabellos para peinarla y lo que la tecnología pudiera hacer para parecerla más a una compañera de juegos para cuando estaba sola.

Hacía tiempo que sus papas estaban considerando esta idea y decidieron unir sus deseos al pedido de Lorena.

Por fin llegó la Nochebuena y el papá y la mamá de la niña al pie del árbol en el momento de repartir los regalos para todos, para Lorena solo tenían un sobre que dijeron que era una carta personal de Papa Noel. Ábrelo y lee para todos…

De Papa Noel:

Para ti Lorena, en vez de la muñeca con el gran moño rojo en el cabello, te dejé, UNA HERMANITA , que es una maravilla: llora, Come, mueve las piernitas y los bracito, te mira ¡te reconocerá! Y será cada dia más grande. Podrás jugar con ella y enseñarle cosas que repetirá con su vocecita. Las otras muñecas no crecen, se quedan siempre chiquitas y nunca aprenden ningún canto…

De repente Lorena sintió que le sacudían la silla y vió a su lado una niñita que apenas gateaba y pugnaba por pararse tomándose de las ruedas de su silla… Un par de ojitos llenos de vida y estrellas la miraron y le estaban diciendo todo sin palabras. Las dos comprendieron que desde ese momento serian hermanas inseparables.

No alcanzaron los pañuelos para contener tantas lágrimas de alegría, era como si desde su cunita de madera en el pesebre; el niño Dios hubiera hecho caer una lluvia de felicidad que deseamos compartir desde este cuento con todos.

Feliz navidad

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