Hay tanto por leer, así como también hay tanto por escribir.
Hoy fue un día agotador, de a poco, el trabajo duro está volviendo. A mí me gustan los días así, en donde el trabajo exige al máximo el rendimiento del cuerpo. Siempre me ha gustado trabajar hasta el agotamiento, lo que pasa es que antes me avergonzaba el decirlo, pues a la gente siempre se le da por malinterpretar lo que uno dice, aunque lo diga sin ningún tipo de malicia; y cuando lo decía me tachaban de creído. Por eso mejor me callaba, pues me había dado cuenta que a la mayoría de la personas no le gustan las otras personas que quieren ser mejores cada día, ellos prefieren a los que se acomodan al rebaño, a los que repiten las mismas excusas, a los que practican los mismos hábitos, a los que creen en lo mismo que ellos creen, y les asusta todo aquel que sea diferente.
Pero, ahora que sé que mi gusto por el trabajo duro no es porque padezca de TDAH, si no por otra razón, y ahora que también aprendí a que me valga un pepino lo que los demás opinen y critiquen en especial sobre lo que desconocen, lo digo sin ningún decoro: ¡Me gusta trabajar hasta el agotamiento! pues solo así, para mí, vale la pena dormir sus ocho horas, servirse un buen plato de comida, leer un buen libro. Lo he dicho, ya está.
Danilo Semp
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