martes, 27 de septiembre de 2022

GERINELDO, EL MALVADO Manuel Vega


 GERINELDO, EL MALVADO


Gerineldo era un gañán,
y el gran terror de las moscas;
las cazaba siempre al vuelo,
de manera cautelosa.

Era un asesino en serie
con sus manos virtuosas;
las mataba sin pudor
con su cruel parsimonia.

Unas las ataba a un hilo,
como si fuera una soga;
y a un lápiz, bien amarradas
giraban cual loca noria.

Otras morían al fuego,
torraditas por la costra;
o asadas al cigarrillo
en muerte lenta y gozosa.

El malvado Gerineldo
sin atisbos de congoja,
maquinaba sus torturas
para hacerlas más penosas.

Supo arrancarles las alas
como aquel que las desmocha,
y con paciencia supina
las guardaba en una bolsa.
Después, llenaba una pila
con agua sucia de poza,
y le añadía lejía
que bien hervía en la olla.
Y en el agua calentita
por cientos volcaba moscas;
y tullidas, sin volar,
se retorcían pasmosas.
Él les hacía aguadillas
con las pinzas de la ropa,
y la lejía bebían
por los ojos y la trompa.
Las que aún quedaban vivas,
verdaderamente pocas,
intentaban escapar
por las paredes de loza.
Pero el monstruo las ahogaba
en las ondas apestosas
de aquella mugre infernal,
agitando unas con otras.
Las moscas, agonizantes,
giraban tumultuosas
cuando el tapón extraía,
destapándoles la fosa.
Y el sumidero tragaba,
con su liberada boca,
las carnes que Gerineldo
cazaba con tanta gloria.

¡Pobrecita de la mosca
que a Gerineldo se acerque!
Su vida será más corta
y lenta, lenta... su muerte.

©Manuel Vega
Valencia, España

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