T O D O M U E R E
Tu también perecerás mi paciente amiga,
cuándo los elementos de la existencia
no alteren la paz del silencio.
Cuando el tiempo consumido
no contabilice el resto de los días.
Cuando el infinito colisione en la
frontera absurda de la conclusión.
cuándo los elementos de la existencia
no alteren la paz del silencio.
Cuando el tiempo consumido
no contabilice el resto de los días.
Cuando el infinito colisione en la
frontera absurda de la conclusión.
Tú también morirás mi
condenada amiga,
cuando desnudes tu manto
ante la nada.
Cuando la masa raquídea de tus huesos
se libere confundida con los restos
de un dios que no perteneció
al mundo ni a los hombres.
condenada amiga,
cuando desnudes tu manto
ante la nada.
Cuando la masa raquídea de tus huesos
se libere confundida con los restos
de un dios que no perteneció
al mundo ni a los hombres.
Tú también llorarás mi expectante amiga,
cuando no queden lágrimas
para el futuro ni llantos emotivos
para el instante del presente.
Cuando ya no queden sentimientos
y nada que recordar.
cuando no queden lágrimas
para el futuro ni llantos emotivos
para el instante del presente.
Cuando ya no queden sentimientos
y nada que recordar.
Tú también agonizaras
mi solitaria amiga, cómplice de la vida.
Cuando te inclines horrorizada
ante el vació aplastante
del olvido.
Cuando las almas agonicen
en el núcleo del arrepentimiento ajeno.
mi solitaria amiga, cómplice de la vida.
Cuando te inclines horrorizada
ante el vació aplastante
del olvido.
Cuando las almas agonicen
en el núcleo del arrepentimiento ajeno.
Tú también fallecerás mi eterna amiga,
cuando no queden estrellas
en la ceguedad humana.
Cuando la luna derrame su blanca sangre,
en el infinito de los sueños imposibles.
Cuando la soledad más absoluta
de las soledades comprima
tu llanto en el vació, y tu última
bocanada de hambre sea un grito
de libertad expandiéndose
de nuevo en la nada,
y otra vez la vida, te condene
arrastrar tu manto de muerte.
cuando no queden estrellas
en la ceguedad humana.
Cuando la luna derrame su blanca sangre,
en el infinito de los sueños imposibles.
Cuando la soledad más absoluta
de las soledades comprima
tu llanto en el vació, y tu última
bocanada de hambre sea un grito
de libertad expandiéndose
de nuevo en la nada,
y otra vez la vida, te condene
arrastrar tu manto de muerte.
Tú también perecerás mi fiel amiga
como todo perece en la eternidad.
como todo perece en la eternidad.
"LA EXISTENCIA NOS PRESTA LA VIDA QUE LA
MUERTE NOS ARREBATA.
COMO LA MATERIA RECLAMA LAS ALMAS
QUE A LA NADA PERTENECEN"
MUERTE NOS ARREBATA.
COMO LA MATERIA RECLAMA LAS ALMAS
QUE A LA NADA PERTENECEN"
Autor: Francisco Cedrán López (España)
Fotografía: Halász Szabó Haynal (Rumania)
Colaboración de imágen: Angel Antonio Puerto H.
Colaboración de imágen: Angel Antonio Puerto H.
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