A UN ÁNGEL LE PREGUNTÉ
¿Cuál es el peor castigo?
y el ángel me respondió:
Que entregues tu corazón,
y las puertas estén cerradas.
Que entregues tu alma,
y no haya brillo en sus ojos.
Que entregues tus besos,
y roces unos labios fríos.
Que entregues tus manos,
y sigas siempre abajo.
Que entregues tu sonrisa,
y no te reflejes en su rostro.
Que entregues tus caricias,
y no recibas un cálido abrazo.
Que entregues tu llanto,
y no tengas consuelo.
Que entregues tus sueños,
y no exista futuro.
Que entregues tus palabras,
y obtengas un vacío.
Que entregues tu integridad,
y ganes debilidad.
Que entregues tu espalda,
y cargues con tu lamento.
Que entregues tu oído,
y no existan palabras.
Que entregues tu olfato,
y no haya fragancia.
Que entregues tu cuerpo,
y no haya valor.
Que entregues tus pies,
y camines un desierto de agonía.
¡Tú me preguntas! ....
¿Cuál es el peor castigo?
Y yo te respondo;
Amar... y no ser amado
y el ángel me respondió:
Que entregues tu corazón,
y las puertas estén cerradas.
Que entregues tu alma,
y no haya brillo en sus ojos.
Que entregues tus besos,
y roces unos labios fríos.
Que entregues tus manos,
y sigas siempre abajo.
Que entregues tu sonrisa,
y no te reflejes en su rostro.
Que entregues tus caricias,
y no recibas un cálido abrazo.
Que entregues tu llanto,
y no tengas consuelo.
Que entregues tus sueños,
y no exista futuro.
Que entregues tus palabras,
y obtengas un vacío.
Que entregues tu integridad,
y ganes debilidad.
Que entregues tu espalda,
y cargues con tu lamento.
Que entregues tu oído,
y no existan palabras.
Que entregues tu olfato,
y no haya fragancia.
Que entregues tu cuerpo,
y no haya valor.
Que entregues tus pies,
y camines un desierto de agonía.
¡Tú me preguntas! ....
¿Cuál es el peor castigo?
Y yo te respondo;
Amar... y no ser amado
Humberto Gómez
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