Amor, amar, amé, me amaste
conjugué el verbo en toda su extensión
a lo ancho de tu ardiente piel,
camino del placer por donde
los hombres van al infierno,
creyendo estar en el paraíso…
Me entregue con frenesí
al placer que tus mieles me ofrecieron
y sin pensar en el error que cometí,
tome el manjar cual Adán extasiado
por el amor de su Eva, sin ver la tentación
arrastrarse certera y serpentina
en forma de manzana de exquisitez divina.
Pero conocí el paraíso de tus besos,
quede preso en la cárcel de tus brazos
y si Dios me castiga nuevamente amor
¡no importa!... lo aceptaré como acepta
la noche la luz del día para reencontrarse
nuevamente al atardecer y fundirse
lentamente en un lánguido abrazo
de pasión interminable... inseparable.
Vivir que importa, si no amas
amar, que importa si no vives
entonces vive y ama como
si no fuera haber un mañana,
llena de ilusión tu corazón y entrégate
al placer de sentirte querida
y conjuga al amor en todos sus tiempos…
y en todo tu tiempo.
Iván Alvarez
(Poesía en silencio)
Derechos Reservados de Autor
Tepic, Nayarit. México.
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