sábado, 10 de abril de 2021

El sueño de Estrellita

 El sueño de Estrellita


A muchos años luz de distancia, en el espacio sideral viven Madre Luna con sus hermosas hijas las Estrellas y sus hijos los Luceros.
Todos se ven tan hermosos, resplandecientes en la inmensidad del firmamento nocturno…
Madre Luna, siempre lánguida, elegante, misteriosa, sale cautelosa y se muestra esplendorosa para luego irse escondiendo lentamente y durante varias noches nos niega su anhelada presencia…
Las Estrellas y los Luceros con sus luces titilantes, parecen ojos brillantes que guiñan sin cesar a quienes los miran desde la Tierra…
Entre los miles de millones de Estrellas hay una muy peculiar, es pequeñita y por eso se siente apocada por sus hermanas que compiten en tamaño, brillo y fría belleza. Ellas se burlan del sueño de Estrellita, quien inocentemente les contó sobre él una cálida noche de verano, escuchemos para conocerlo…
-“Sueño con poder bajar a la Tierra y ser una niña, tener una familia y vivir feliz”- les decía Estrellita brillando de entusiasmo.
-“Pero que tonta, tú tienes ya una familia numerosa y aquí todas somos felices”- le respondían las Estrellas mayores mientras se acicalaban unas a otras.
-“Si, lo sé – les contestaba ella toda desanimada y en un susurro - pero quiero ser acariciada con ternura por una mamá mientras lee un cuento al arroparme, alzada a volandas por los fuertes y amorosos brazos de un papá, jugar a las muñecas, nadar, escuchar risas y reír junto a hermanas y hermanos con los que haga mil travesuras… Quiero sentir, emocionarme, tener un corazón humano para amar y ser amada…”
- “¡Ja, ja, ja que ilusa eres Estrellita.”- se burlaba Estrella del Sur
- “Ilusa, ingenua e ingrata. ¡Somos mejores que quienes habitan allá abajo!” - dijo mofándose Estrella Fugaz
- “¡Ja, ja, ja, la humanidad! ¡Bah! ¡Qué inferiores y patéticos son!” - reían sin parar sus hermanos Luceros.
Ella se ponía muy triste, pero no lograban que dejara de soñar y de mirar siempre anhelante hacia la Tierra.
Una noche Madre Luna escuchó el alboroto, las burlas y mofas de sus hijos e hijas y las respuestas de Estrellita y quiso darles una lección.
Llamó a Estrellita a su presencia y le concedió su deseo…
La convirtió en una preciosa niña de piel canela, ojos ambarinos y cabellos como la noche. Luego eligió una familia que por largo tiempo había deseado tener hijos sin lograrlo y allí nació y creció Estrellita, rodeada de amor, sin hermanos pero con muchos primos y primas, amigos y amigas con los que aprendió el valor de la amistad, la camaradería y la familiaridad.
Desde lo alto, todas las noches, las Estrellas y los Luceros miraban con cierta envidia como Estrellita crecía y vivía entre esa humanidad que tanto menospreciaban y ¡lograba al fin ser feliz!
Sin embargo, Estrellita no olvidó a su familia estelar y antes de acostarse les contaba a sus hermanas y hermanos lo experimentado durante el día:
El amor que compartía con mamá y papá, sus caricias y besos; los viajes que con ellos realizaba, los lugares que conocía; les hablaba de sus días en la escuela, lo que en ella aprendía, de sus amigos y compañeros, sus juegos, su solidaridad y travesuras… Pero lo que más le gustaba a Estrellita era platicarles sobre sus sentimientos y emociones al vivir toda esta maravillosa aventura.
Poder sentir su corazón latir de felicidad, miedo, tristeza, alegría, ¡era indescriptible!
Las Estrellas y los Luceros esperaban impacientes las conversaciones con Estrellita y poco a poco aprendían sobre la humanidad y su complejidad…
Mientras tanto, Madre Luna sonreía complacida.

Carmen Antonieta Peña Díaz
Paraguaná, República Bolivariana de Venezuela
Febrero, 18 de 2021

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