ESPEJISMO
Te pedí me dejaras entrar en tu corazón, dijiste que solo él cabía allí.
Te pedí que me dejaras acariciar tu cuerpo,
dijiste que solo sus manos podían hacerlo.
Te pedí me dejaras llevarte flores
dijiste que las flores más hermosas serían las que él te regalara algún día.
Dejaste que el frío congelara tu cuerpo
y no me dejaste darle un poco de calor.
Dejaste que él te insultara, pero no que yo te dijera palabras de amor.
Dejaste que él te golpeara, pero no dejaste yo te acariciara.
No pudiste evitar que él te quitara la vida,
cuando yo, hubiese dado mi vida por ti.
Martín Vázquez Anaya.
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