ANOCHE PERDÍ UN SUEÑO
Anoche perdí un sueño;
se puso serio y se fue.
Juro que no le hice nada.
Fue de repente... no sé.
Tanto cuidarlo y honrarlo,
tanto amor le dediqué...
Ni un abrazo pude darle,
ni una caricia logré.
Lo tuve siempre en lo alto;
era ese su lugar.
Me consagré por entero,
ya que no era un sueño más.
Todo el tiempo iba forjando
muchos sueños para él;
sueños que lo embellecían
y que lo hacían crecer.
Mi regocijo era hacerlo
cada día más feliz.
Por cierto, a cambio de nada.
¿Qué más podría pedir?
Un soplo de viento helado,
de repente, se cruzó.
Mi sueño se tornó frío
y, sin más, se distanció.
Entre espuma de neblina
mi sueñito emigró.
Ojalá que otro soñante
sepa soñarlo mejor.
Chau, mi sueñito del alma.
No dejes de sonreír.
Siento un poquito de frío.
Veré si puedo dormir.
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Salvador Vallone
(derechos reservados),
Buenos Aires, diciembre de 2021.
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