TROCITOS DE MI CORAZÓN
Hola amigos,
gracias a Dios de nuevo con vosotros,
estos meses alejados de ustedes han sido largos intensos y emotivos…
Será un bonito camino poder recorrer de nuevo con todos mis letras, con un corazón reparado y lleno de fuerza y alegría.
La vida me ha dado una nueva oportunidad de estar presente, quizás será un nuevo despertar que mi corazón requería, o quizás simplemente le faltaba el agarre de sus sonrisas, lo que sí es verdad, es que he echado de menos mi escribanía, el contacto con vosotros y los aplausos que dejáis en mi vida…
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ARCOÍRIS
Se escuchó el ruiseñor, cuando a mi corazón en las primeras horas del día, con bisturí en mano, y sin temblarles sus miradas mi corazón abrían, no quiero ni pensar que en algún momento loco, el doctor emanando una sonrisa se distrajera y cortará más profundo de lo que requería, pero no sentí cantar la alondra, ni siquiera sentí lo que mi pobre corazón me decía, cuando desperté sin permiso, sólo mis ojos aletargados abría…
Entre un oscuro silencio los pinceles del arcoíris se estremecían, todo surgió de la noche con el primer claro del día, encogidita en la cama y mi lágrima caída, así pasaron las horas sin que mis ojos derramasen las lagrimas que por mis rabillos sensiblemente caían, y con el nudo apretado en mi garganta de tan difícil travesía.
No sabría decirles, cuánto mi corazón sufriría si lloro por minutos, las cosas que ellos le hacían, pero quedó en el silencio de tragos amargos entre comillas, así fue caminando entre faroles y manzanilla y hoy estoy con vosotros, abrazando de nuevo la vida.
Doy gracias a Dios, a los doctores que me devolvieron la vida, y a tantas personas que alrededor tenía, a mi familia que en ningún momento dejaron aquella sala vacía, y con su cariño el dolor se perdía…
Lloro la alondra de alegría, de ver que aquellos días van quedando atrás en el recuerdo de una fotografía,
llenando de colores de nuevo mi vida, cantó la alondra sin apenas rozar la brisa, y me dejé envolver en los rayitos de sol que sostenían el rizo de mi vida.
Quedé airosa y con mi corazón lleno de heridas, pero sintiendo en cada momento que resucitaba mi vida.
Será la primavera o bien un arcoíris de luces sorprendidas, pero volvió la alondra con sus alas extendidas, volando por los mares donde volvió a recoger su sonrisa.
La vida es un paso muy corto, apenas roza la música del ancho mar, de sus aguas bravas y cristalinas, solo un momento divide el silencio de las olas intrépidas, alocadas y atrevidas.
Vivir y soñar, sentir que el corazón late sin miedo sin apenas rozar los anillos del cielo, de noches sin luna arrullada ante el crepitar del fuego.
Logré alcanzar el amanecer y lo llene de nuevos sueños, y sorprendí cada sonrisa que salía de mi pecho y la abracé como si fuera un niño pequeño, con sus ojos atrevidos queriendo volver a vivir de nuevo.
Olivia Cortes Rubio
D.R.A Málaga/ España
19/5/2022
Poetisa malagueña
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